La Policía Municipal de Madrid ha desmantelado este fin de semana un total de 418 fiestas ilegales en domicilios y locales de ocio y ha interpuesto 450 propuestas de sanción por consumo de alcohol en la vía pública.
Las cifras van en aumento respecto a la semana pasada cuando, del 5 al 7 de febrero, este cuerpo intervino en 395 fiestas ilegales, interpuso 280 sanciones por botellón y 854 multas por incumplir el toque de queda.
En estas celebraciones se incumplen de forma reiterada las medidas sanitarias, tales como la distancia social, el número de personas que se reúnen y el uso obligatorio de la mascarilla.
En total, este fin de semana, se localizaron 80 fiestas el viernes, 170 el sábado y 168 el domingo con un número de personas superior al permitido.
Una de las más intervenciones más destacada del fin de semana fue el desalojo en la noche del sábado al domingo de una fiesta ilegal en un almacén con 66 personas en el interior, de los que 11 eran menores, en el distrito Centro.
Estas personas fueron denunciadas por varios incumplimientos de la normativa para evitar la propagación del coronavirus, además de por tenencia de sustancia estupefaciente.
Además, este fin de semana se han realizado un total de 450 propuestas de sanción por botellones, consumo de alcohol en vía pública, y se ha multado a 1.055 personas por estar en la calle pasada la hora permitida.
Por su parte, la Policía Nacional ha detenido este fin de semana a 53 personas y ha propuesto sanciones para más de 1.200 ciudadanos por incumplir las normativas por el coronavirus en Madrid.
Entre sus intervenciones destaca el desmantelamiento de dos fiestas en el distrito Centro de la capital, donde los agentes de ese cuerpo han levantando 90 propuestas de sanción y arrestaron a ocho personas.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha recalcado que no se puede "poner un policía detrás de cada irresponsable de la ciudad", por lo que ha apelado a los organizadores y a los participantes de fiestas ilegales a que "sean personas" y se comporten "como seres humanos" porque el hecho de que se quieran tomar una copa o bailar, "no tiene que poner en peligro a los demás".
Preguntado por el aumento de las fiestas ilegales en domicilios de la capital durante una visita al barrio de Guindalera, Almeida ha defendido que "ya hay un control policial intensivo" y que se han intervenido más de 4.000 fiestas desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, ha reconocido la dificultad que entraña actuar contra estas celebraciones pues se producen en domicilios, que están protegidos constitucionalmente, en los que la Policía municipal no puede entrar.
Por esto, ha hecho un llamamiento a los ciudadanos y a aquellos que organizan y participan en las fiestas ilegales y ha apuntado que "la copa que se toman, puede ser el contagio, la UCI, o la muerte de mañana". Así, no ha apelado a responsabilidad, sino a "ser personas y saber que viven en sociedad".