El lema de esta jornada es: ‘Pasión por la Primaria’, una realidad que ha sido de forma singular la tabla de salvación del sistema sanitario español en estas dos últimas décadas. Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos en su documento 'La Atención Primaria de Salud en España en 2025', diversos estudios señalan que en España, "desde 2009 se han podido perder 10.000 puestos de trabajo entre los médicos y de 30.000 entre los enfermeros".
Más allá de las recetas que profesionales y usuarios de la Atención Primaria platean para recuperar la importancia que tiene como "puerta de entrada" al Servicio Nacional de Salud, el tiempo de atención a los pacientes en las consultas ambulatorias es uno de los grandes retos a solucionar por los gestores del sistema.
Médicos, enfermeras y paciente coinciden en calificar como "insuficientes" o "escasos" los 5 minutos que se atribuyen a cada paciente. Hay unanimidad en reclamar que "se le dedique el tiempo necesario que indique la gravedad del caso", aunque , en muchas ocasiones, las consultas suelen compensar usuarios que solo requieren una atención mínima de tiempo con otros que exigen una mayor atención debido a sus patologías.
Todos reconocen que hay cierta inercia en el sistema que les lleva a compensar tiempos entre pacientes aunque confiesan que "no es ni mucho menos la mejor manera de actuar" como asegura el Dr. Santo.
Este facultativo pone también el dedo en la llaga al señalar otro de los problemas a los que se enfrenta la Atención Primaria por culpa de un servicio insuficiente ante las demandas de los usuarios y es lo que considera la "banalidad en la que ha caído la palabra 'urgencia”. Una realidad que "hace que si una agenda diaria esta estructurada en 40 citas, se termine la jornada atendiendo a 50-60 personas que han
consultado por diferentes motivos".
Las cifras del castigo de los recortes como consecuencia de la crisis económica de 2007 muestran también que aún estamos muy lejos de los "70.000 millones de euros de gasto sanitario público" que alcanzamos en 2009" y, lo que es peor, que cuando "volvamos a esta frontera, algo más del 10 %, unos 8.000 millones habrán cambiado de bolsillo: habrán abandonado la retribución de personal, y engrosado el ya abultado gasto en medicamentos", con lo que "la atención primaria será perdedora entre los perdedores de esta disminución".
Investigadores como Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona demostraban en plana crisis económica que la sanidad pública española era la menos financiada de los 15 países de la UE con un desarrollo económico similar al nuestro. Según un artículo de la revista Salud 2000 publicada por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, en 2008, "al inicio de la crisis, se gastaba sólo un 6,5 % del PIB, comparado con un 7,3 % en el promedio de la UE-15. El bajo gasto sanitario en España explica que tenga también un gasto privado elevado, el más alto de la UE-15. De todo el gasto sanitario español en 2008, el 71,6 % era público y el 28,4% era privado (el público era el porcentaje más bajo, y el privado el más elevado de la UE-15). Los recortes en la sanidad pública conllevarán un incremento, notable del peso del sector privado, cuyo tamaño ya es muy elevado".
Una idea que comparte el Dr. Armando Santo, Vicesecretario 2º de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEM) asegura que los recortes, "que fueron mayores y afectaron, en mayor proporción, a la Atención Primaria", acabaron convirtiéndola en la "puerta de servicio" del sistema cuando antes era "la puerta de entrada".
Las enfermeras (un 80 por ciento de este colectivo son mujeres) apuntan también a otros factores. Según Esmeralda Torralba, Secretaria de Organización de la Sociedad Madrileña de Enfermería Familiar y Comunitaria, (SEMAP), "el sistema sanitario no está orientado a la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud" sino que se trata de "un sistema biomédico centrado en la enfermedad y su tratamiento".
Desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, (POP), su portavoz, Carina Escobar, considera el sistema de Atención Primaria tras la crisis como "mejorable" y aunque señala que "contamos con
excelentes profesionales y avances tecnológicos que nos ayudarían mucho a mejorar la gestión", apostilla que "todavía no gozamos de un modelo sanitario y social que atienda de verdad a las
necesidades globales de los pacientes". "La salud, ---añade---, debería ser uno de los grandes pilares en el que se basen las políticas públicas y la atención primaria debería ser uno de los focos prioritarios".
En 2005, en plena borrachera por el éxito del reconocimiento de la OMS, técnicos del Ministerio de Sanidad, publicaban un artículo bajo el título de 'La Atención Primaria en España. Análisis histórico y retos de futuro' en el que apuntaban a seis recomendaciones para "dar respuesta decidida a nuevos retos o a desafíos". Entre estas propuestas está: "orientar los servicios desde la perspectiva del usuario, favorecer la participación del ciudadano en el sistema, autonomía de gestión y responsabilidad profesional, cultura de la calidad asistencial, de la formación profesional continua y la competencia profesional acreditada, enfoque de la evaluación por resultados, y el posicionamiento de la Atención Primaria con mucha más capacidad resolutiva y diagnóstica".
Médicos, enfermeras y pacientes coinciden en muchas de sus propuestas para recuperar el valor de una Atención Primaria diezmada por el abandono. Todos son conscientes de que "si una persona está bien tratada y bien acompañada es más eficiente para el sistema", como apunta Carina Escobar. Algo a lo que se suma el representante de los médicos, el Dr. Santo, quien reivindica el papel de "liderazgo" de la Atención Primaria en el Sistema Nacional de Salud español. Como Esmeralda Torralba, todos ponen el foco de la atención en la "prevención y la promoción de la salud".
En esta primera línea de batalla contra la enfermedad, los médicos reclaman más tiempo para "una asistencia más completa e integral" así como para mejorar y aumentar su "formación continuada" y, para "gestionar la atención de la comunidad". También creen que este tiempo les ayudaría en su "labor docente a los alumnos de las facultades de medicina o a a los facultativos en fase de especialización", sin olvidar que también han de poder "investigar" con el objetivo de "identificar las causas que aumentan la variabilidad en la actuación de los diferentes profesionales y optar por aquellas "acciones que aporten más salud a la población".
También reclaman una mayor accesibilidad a la pruebas diagnósticas y "interconsultas con compañeros de otras especialidades". Para el Dr. Santo, hay una creciente "preocupación por las listas de espera, pero lo realmente preocupante es el número de pacientes derivados desde Atención Primaria a pruebas diagnósticas o a consultas de hospital. Se trata de enfermos de los que desconocemos en qué situación se encuentran y cuál será la evolución de su dolencia. Esta situación genera ansiedad por la espera, rechazo del sistema y, últimamente, violencia latente que en ocasiones se expresa en agresiones verbales o físicas".
Los médicos tampoco olvidan reclamar un aumento de la inversión que pasa por "incremento presupuestario, dotación adecuada de recursos humanos, aumento de la capacidad de realización de pruebas diagnósticas con el objetivo puesto en un 16 % para 2019 y un 20 % en cuatro años", así como la "determinación de criterios para la adecuación de las plantillas profesionales a la realidad sociodemográfica de la población a atender".
Un esfuerzo inversor en el que coinciden los pacientes que piden que la Administración invierta en sanidad hasta acercarse a la media de la UE. Para ello debería aumentar el esfuerzo presupuestario hasta el 7% por ciento del PIB español, un punto más de lo que destinamos en la actualidad.
El objetivo sería, según los pacientes, "que nuestro sistema de salud logre la equidad y esté cohesionado" entre comunidades autónomas.
Los responsables de enfermería creen que este "cambio en el foco de atención del sistema sanitario hacia la prevención" requiere "situar a la Enfermera Familiar y Comunitaria como líder de los equipos de atención primaria y permitirles el acceso a la gestión y función directiva".
Reclaman, al igual que los médicos, "ratios enfermera/paciente adecuados a las necesidades de la población, con tiempo suficiente de atención para proporcionarle los cuidados que precisa, y para poder participar en las acciones comunitarias dirigidas a mejorar la salud de la población".
Aseguran que, "allí donde se permite prescribir a las enfermeras se disminuyen los costes y se racionaliza el gasto" por lo que piden "un cambio de legislación" que les permita "prescribir lo necesario para realizar nuestras intervenciones de forma autónoma".
Lamentan también que "la población a día de hoy, desconoce lo que una enfermera puede hacer por sus problemas de salud" por lo que sería necesario "una mayor visibilidad social", algo que pasa "por obtener el reconocimiento que nos merecemos por parte de los políticos y gestores sanitarios".
El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos reclama en su documento citado anteriormente que para lograr que "nuestro SNS continúe obteniendo unos resultados en salud que se encuentran entre los mejores del mundo y además a un coste que es uno de los más bajos de nuestro entorno", es necesario "implementar urgentemente cambios estratégicos dirigidos a resolver los problemas detectados en el modelo y a encarar los profundos y acelerados cambios sociales, profesionales, demográficos y tecnológicos que están teniendo lugar en nuestro país y en el mundo en los últimos años".
Con este objetivo de "mantener los principios y valores de la Atención Primaria caracterizados por "la accesibilidad, longitudinalidad, ser puerta de entrada al sistema sanitario, continuidad asistencial, integralidad, hábil manejo de la incertidumbre y polivalencia profesional", propone unas 50 medidas entre las que destacan:
La financiación es el principal caballo de batalla del sistema, por ello, los facultativos reclaman que con el horizonte puesto en 2025 la financiación de la Atención Primaria alcance el 1,19 por ciento del PIB. En este sentido, uno de los puntos claves reside en el aumento de las contrataciones. El objetivo es que la ratio no supere la cifra de 1.450 ciudadanos pro facultativo. Para ello haría falta contratar unos 2.202 médicos algo que supondría un coste anual de unos 100 millones de euros.
Mejorar las retribuciones de los médicos es también otra de las principales reclamaciones de los profesionales de cara a fidelizar a las jóvenes generaciones que ahora no ven en la Medicina de Familia un puesto de trabajo atractivo. La conciliación familiar y laboral es también otra de las exigencias del sector que reclama una mejor organización y flexibilización de las plantillas y los horarios. La demanda es aún más urgente dado el alto grado de feminización de estos especialistas. para ello proponen incentivos para las jornadas de tarde o espacios de consulta menos compactados para organizar de forma flexible los turnos.
En cuanto a la organización, se reclama menos burocracia y más autonomía de los equipos en un proceso que comience desde las mismas Facultades.
Los médicos reclaman poner el acento en la Atención Primaria y no en la especialista como ocurre ahora de forma que prime el principio de subsidiaridad en el que el nivel más próximo al paciente resuelva la mayor parte de los problemas. Algo que llevaría parejo la reducción de la burocracia en las consultas, el acceso a todas las pruebas diagnósticas, mejorar la dotación material y tecnológica de los Centros de Salud y, mejorar la comunicación entre niveles asistenciales.
Otra de las propuestas pasa por luchar "contra la ola masiva de medicalización del malestar" promoviendo "la promoción de la salud, produciendo reducción de las desigualdades, aumentando la prevención, así como la capacitación del individuo para el manejo de aquellos procesos que limitan su bienestar".
También se reclama "una triple alianza entre Administradores Sanitarios, Atención Primaria y Servicios de Medicina Interna de los hospitales de referencia, que garantice la Atención Coordinada de Cuidados, es precisa para el abordaje con garantías de la cronicidad.
Finalmente los médicos se plantean "si la medicina que realizamos está impregnada de intereses no exclusivamente científicos ni humanistas y si de cara al futuro precisamos de un rearme ético, valorando la verdadera necesidad de pruebas y tratamientos, apoyándonos en nuestro Código Deontológico, en la Medicina Basada en la Evidencia y en un Paciente Informado con capacidad para decidir.
Así cómo "asumir y cumplir un compromiso de evitar la influencia comercial en la medicalización y medicamentalización del malestar, tanto como en la publicidad engañosa y el fraude intervencionista en la salud". También deben "evitar las campañas de presunta educación para la salud, no basadas en la evidencia, que son llevadas a cabo por políticos para conseguir popularidad y presencia en los medios".
En 2018 se denunciaron 298 agresiones a profesionales sanitarios que ocasionaron 322 víctimas, de las cuales el 54,96 por ciento fueron mujeres, según se desprende del balance de la actividad de la Policía Nacional para prevenir agresiones a sanitarios en el ejercicio de su profesión.
Sólo el 18 por ciento de las agresiones provocan lesiones, por lo que la mayoría son de carácter verbal como, por ejemplo, amenazas, coacciones, injurias o calumnias.
Andalucía es la comunidad que mayor número de agresiones registró en el año 2018, produciéndose la mayoría de los casos, a nivel general, en los meses de julio y agosto. El martes es el día de la semana más conflictivo, mientras que las franjas horarias con mayores incidencias fueron las que oscilaron entre las 10.00 horas de la mañana y las 12.00 del mediodía, así como a las 17.00 horas.
Para el representante de los médicos, "las agresiones provocan sentimientos contrapuestos. Por un lado, generan tristeza ya que es difícil de entender que se generen situaciones de violencia en una relación que, supuestamente, es de ayuda de uno hacia otro y por otro, indignación por ver como nuestro sistema sanitario se esta descomponiendo creando dinámicas que conducen a esta situación".
El Dr. Santo atribuye parte de la culpa de estos episodios a "la masificación de las consultas" a "la cultura del “tengo derecho a”" y a la transformación de la salud en un "bien de consumo". Un conjunto de factores que en muchos casos se unen a las "malas experiencias" y a "unas expectativas de asistencia ajenas a la realidad" que actúan como caldo de cultivo para las agresiones.
Y ello, a pesar de que hay veces como afirma el colectivo de enfermeras que "para evitar más conflictos con los pacientes no se informa de ellas ni se denuncian" aunque en cualquier caso "son situaciones que se manejan con miedo por los propios profesionales, a veces con un gran coste emocional".