La demanda de consulta y asesoramiento sobre anorexia y bulimia se triplicó durante la crisis causada por la COVID-19. Lo revela una asociación española contra estos trastornos alimentarios que afectan a cientos de personas, mayormente jóvenes.
Sin suficientes recursos para atender a todos los casos y a todas las familias, los correos electrónicos se han quintuplicado y aumentan las llamadas telefónicas y videoconferencias, según la directora de la Asociación contra la anorexia y la bulimia, Sara Bujalance, que habla de un empeoramiento del estado de los que sufren estos trastornos.
Desde la asociación prevén un aumento y agravamiento de los casos y ha considerado que, por este motivo, el seguimiento y el acompañamiento de las personas afectadas después del confinamiento "se hará más necesario que nunca, especialmente entre la población más joven, que está en pleno desarrollo físico y emocional".
La crisis causada por la COVID-19 ha aumentado la confusión y la angustia en aquellas personas que aún no reciben un tratamiento especializado, y a sus familias. "También ha provocado que, en algunos casos, ante la imposibilidad de hacer terapias presenciales con la frecuencia deseada se hayan empeorado los síntomas y, por tanto, un aumento en la demanda de ayuda", ha explicado Bujalance.
La directora de la asociación ha asegurado que "nos hemos encontrado también con personas afectadas que viven solas y que han necesitado un acompañamiento durante todo este proceso que las ha ayudado a no sentirse solas, a seguir conectadas con el mundo y a trabajar la motivación para superar el trastorno".
En la web de la asociación se ha reforzado su atención a las personas afectadas y a sus familias creando grupos de apoyo psicosocial y ciclos de webinars gratuitos sobre gestión emocional; también han puesto a disposición de los interesados un manual descargable para que nadie se quede sin ayuda.