El asesino confeso del crimen de Totana cenó con su familia y se durmió tras matar a Claudia Abigail

El asesinato de Claudia Abigail, la menor de 17 años víctima de violencia de género en Totana, fue frío y calculado. El autor confeso del crimen engañó a la menor para que acudiera a su domicilio tras armarse con un estilete, después la mató, escondió el cuerpo y se deshizo de su ropa ensangrentada.

Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores del caso después de conocer la versión de los hechos del autor confeso del crimen.

Claudia Abigail fue a su domicilio a recoger unas pertenencias

Según informan fuentes cercanas de la investigación a La Opinión de Murcia, Johan S, expareja de la víctima, la habría convencido para citarse con él en su domicilio para así devolverle algunas pertenencias que habría dejado allí a lo largo de la relación que mantuvieron durante un año.

Cuando Claudia llegó a su casa sobre las 17.00 horas del pasado martes, cuando Johan ya había preparado el crimen y llevaba oculto un pequeño cuchillo. El joven le pidió que le acompañara al trastero, relata La Opinión de Murcia, donde le dijo haber almacenado sus cosas. Ya en el interior, Johan sacó el pequeño cuchillo y asestó varias puñaladas a la víctima hasta provocarle la muerte.

Tras esto, el joven de 19 años ocultó su cuerpo bajo dos colchones y se deshizo del arma y de su ropa ensangrentada. A partir de ese momento no se sabe lo que hizo el joven, que después cenó con su familia en casa y se fue a la cama como de costumbre.

Claudia Abigail no tenía miedo a su expareja Johan S.

La joven de 17 años no había presentado denuncias previas y, cuando se encontraba de camino a casa de su ex pareja se cruzó con un amigo al que le dijo con tranquilidad a dónde se dirigía. Sin embargo, ahora se sabe que Claudia llegaba al instituto con moratones, aunque nunca dijo que Johan le pegara. Todo el mundo confiaba en el joven y decían que era un buen chico, pero la realidad era otra.

En los últimos meses la relación que mantenían se había deteriorado. Johan se había vuelto obsesivo y enfermizo por la actividad en redes sociales de Abigail. Su madre también notó el cambio de actitud del joven y comenzó a preocuparse por su estado emocional.

El joven ha reconocido los hechos ante el juez en reiteradas veces y se encuentra en prisión provisional y sin fianza.