El aro playero: la solución redonda para mantener el distanciamiento social en las playas
El aro tiene un diámetro de dos metros y medio, y puede albergar dos personas
La idea ya ha sido patentada a nivel europeo
Osar Pavón es ingeniero industrial, lo suyo es la consultoría, pero también, desde muy pequeño, la invención. Porque allí donde hay un problema, su mente -y su ordenador, claro está- se ponen a trabajar. Siempre, siguiendo el consejo de otro ingeniero, su padre: Oscar, los mejores inventos son los que tienen un coste muy barato, y tienen una posibilidad de venta muy grande.
"Lo aprendí desde pequeño", recuerda Oscar Pavón. "En mi casa, cada vez que se iba la luz ya estaban mi madre y mi padre diciendo: Oscar, ¿qué has hecho ahora?. Me habré electrocutado ocho o diez veces".
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Y lo que ha inventado ahora Oscar es la más redonda manera de guardar las distancias en la playa. No tiene nombre, pero le llamaremos por el momento el aro playero.
Los mejores inventos son los que tienen un coste muy barato, y tienen una posibilidad de venta muy grande
"Vi un artículo en el que salían unas mamparas en la playa y dije: Esto es una animalada", cuenta. "Es inviable, primero porque te cargas una playa virgen, segundo, porque el metacrilato se altera mucho con el sol, con la arena. Además el espacio se convierte en una sauna".
Tampoco le convencían las parcelaciones, impiden la circulación de la maquinaria de playas y las afean, dice.
"Así que me puse a pensar en una solución estética, económica, que hasta pudiera ser gratuita si se utilizara como soporte publicitario de alguna marca".
Y ahí lo ven en la animación hecha para mostrar su idea. Un aro de dos metros y medio de diámetro, capaz de albergar a dos personas, que podríamos llevar en nuestra bolsa de playa, y que al irnos nos llevaríamos con nosotros.
"Asi que me puse a pensar en una solución estética, económica, que hasta pudiera ser gratuita si se utilizara como soporte publicitario de alguna marca"
"Está pensado, para que se fabrique en lona sintética muy fina, como la que puede tener una tienda de campaña, y se le pueda dar rigidez con una varilla como las de las tiendas", explica Oscar Pavón. "Se le pueden poner unos palos para sujetarlo a la arena, o incluso unos bolsillos para llenarlos de arena y evitar que se lo lleve el viento".
El invento tiene otra ventaja añadida, no supondría un gran gasto, no más allá de 15 euros, estima, y liberaría a los ayuntamientos de gastar dinero en el acondicionamiento de las playas. El espacio de cada uno quedaría delimitado, y se facilitaría la vigilancia del cumplimiento de guardar la distancia social.
"El aro lleva una leyenda de`por favor respete el espacio´", cuenta. "Como en todas partes habrá quien no lo cumpla, pero yo creo que la mayoría de la gente sí que va a respetar ese espacio. Además lo suyo es hacerlo en un color que llame la atención".
El aro no tiene todavía nombre definitivo, pero sí una patente europea. Sólo falta un fabricante. Si aparece, puede que veamos esta solución redonda en nuestras playas.