Quienes dudan de que el hombre sea responsable del calentamiento global ya tienen a 'su' Greta Thunberg. Se llama Naomi Seibt, una joven youtubera de 19 años que vive con su madre en la ciudad alemana de Münster (oeste germano). Seibt trabaja para el Heartland Institut, un think tank estadounidense.
A esa organización se la conoce, entre otras cosas, por difundir “desinformación sobre la ciencia climática y ataques contra los científicos climáticos”, según la Unión de Científicos Preocupados, una ONG estadounidense de científicos comprometidos con los problemas del planeta.
Seibt, sin embargo, defiende lo contrario. “Somos científicamente escépticos y estamos abiertos a aceptar investigaciones que vengan del otro lado. Si nos logran convencer, bien”, dice a NIUS Naomi Seibt desde Washington.
Estos días Seibt se encuentra en la capital estadounidense porque se espera de ella que participe en la convención de la Conferencia de Acción Política Conservadora, una cita como la que celebra todos los años el Foro Económico de Davos pero que reúne mayormente a lo más granado de la derecha estadounidense e internacional, según la descripción de Mark Lilla, profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Seibt habla de “lados” como si existiera realmente un debate que enfrenta en igualdad de condiciones a quienes piensan que el hombre interviene decisivamente en el cambio climático y los que, como ella, cuestionan o niegan que eso sea así. “El consenso científico que dice que los humanos son responsables del cambio climático está equivocado”, mantiene Seibt.
“El 95% de los científicos están de acuerdo con el hecho de que el cambio climático está ocurriendo. Y yo estoy de acuerdo con eso. Pero el cambio climático está ocurriendo desde hace millones de años. Hay que preguntarse si el cambio climático está hecho por el hombre. La mayoría de los científicos no responden a esto porque ellos mismos no tienen ni idea”, abunda la joven youtubera.
Esta chica, que salió graduada del instituto con sólo 16 años para después dejar indefinidamente sus estudios universitarios dado que éstos no eran suficiente “desafío intelectual”, según sus términos, obvia que los científicos ya han resuelto esas dudas desde hace tiempo.
En 2013, un grupo internacional de expertos liderado por John Cook, de la Universidad de Queensland (Australia) publicaba un análisis sobre cerca de 12.000 estudios científicos publicados entre 1991 y 2011 sobre el cambio climático y el calentamiento global. Entre el 32,6% de los estudios que se pronunciaban sobre si el hombre era o no responsable de esos fenómenos, el 97,1% “apoyaba la posición de que los humanos están causando el calentamiento global”.
Seibt no habla de este tipo de resultados. Ella prefiere atacar el trabajo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC por sus siglas inglesas). “Los informes del IPCC están basados en modelos. Son sólo modelos hechos con ordenador en los que eligen una perspectiva concreta, o sea, que no están basados en información que tenga que ver con el mundo real”, afirma Seibt.
“Todas sus previsiones han estado fallando desde hace ya un par de décadas. Así que, ¿En qué se basan para decir que el hombre lo causa? Todo se debe a una histeria generada por algo que yo no puedo llamar ciencia. Esta es mi perspectiva”, abunda. Por eso ella se considera una “escéptica” respecto al consenso científico predominante.
Frente a la activista sueca Greta Thunberg, que se ha convertido en un fenómeno mundial haciendo de altavoz sobre la alarma que existe en la comunidad científica frente al calentamiento global, Seibt se expresa como si fuera la némesis de la joven nórdica.
De hecho, en los muchos titulares que ya ha protagonizado en la prensa internacional, a Seibt se la ha descrito como la “anti-Greta”. La joven alemana dice “entender la comparación”, pero no busca el enfrentamiento personal.
“Entiendo la comparación, por supuesto. Pero yo no me llamo a mí misma 'anti-Greta', porque eso me convierte en el chivo expiatorio derechista y una anti-medioambiente. Y eso no es quien soy”, dice Seibt.
Ella es votante confesa del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) además de miembro de la organización juvenil de esa formación, la Alternativa Joven (JA), según consta en un post de Facebook de la JA en el Land de Renania del Norte Palatinado.
No parecen pensar de modo idéntico en el Heartland Institute. En uno de los vídeos que ha hecho para esa organización estadounidense su imagen se ve enfrentada a la de Greta Thunberg. Entre las dos hay un “versus” que las enfrenta.
“Greta es seguramente una persona estupenda, no quiero hacerle mal a ella. Yo no quiero que el otro lado del debate deje de existir, sólo quiero que la gente piense por sí misma, que conozcan los dos lados de la discusión y entonces decidan por sí mismos”, afirma Seibt, insistiendo en la existencia de un supuesto debate sobre si la actividad humana está detrás del calentamiento global.
“Ese debate es un debate ficticio, porque más del 99% de los científicos está de acuerdo en que hay un cambio climático por la actividad humana. Esto no es un punto de conflicto científico, y esto es así desde hace ya unos diez años”, dice a NIUS Lili Fuhr, responsable de Política Medioambiental Internacional de la Fundación Heinrich Böll, una organización ideológicamente cercana al partido ecologista de Los Verdes.
El Heartland Institute para el que trabaja Seibt es conservadora. En una reciente investigación del programa 'Frontal 21' de la televisión pública alemana ZDF y del colectivo periodistico germanoZDF Collectiv, el Heartland Institute aparece descrito como un “lobby” capaz de “llamar la atención” sobre temas “a cambio de dinero” y como parte del “negocio de los negacionistas del cambio climático”.
Para Fuhr, organizaciones como el Heartland Institute están “sembrando dudas en la sociedad sobre el cambio climático”. “Estas estructuras tienen además vínculos con partidos de derechas y de ultraderecha”, añade esta experta.
Ilustra lo que apunta la investigadora de la Fundación Heinrich Böll que el Heartland Institute mantenga “una buena relación basada en intereses similares” con el Instituto Europeo para el Clima y la Energía (EIKE, por sus siglas alemanas), una organización con sede en la ciudad de Jena (este germano). Así lo ha expresado Michael Limburg, vicepresidente de EIKE, a la ZDF y a Collectiv.
“Limburg es miembro de AfD y ha contribuido a la redacción del programa del partido para las elecciones generales de 2017, un programa negacionista del cambio climático”, recuerda Fuhr.
Seibt, que reconoce tener amigos en EIKE y haber incluso participado “espontáneamente” en una de sus últimas conferencias, parece distanciarse de AfD y ese programa político. “Yo no soy una negacionista del cambio climático, soy una escéptica y una promotora de la libertad de expresión”, se defiende la joven.
El escepticismo es esa doctrina filosófica que niega la capacidad del entendimiento humano para conocer la realidad. Una consecuencia lógica de ver el mundo así es suspender el juicio. Pero Seibt no se muerde la lengua ni mucho menos a la hora de hablar de las consecuencias políticas de Gobiernos que, como el alemán, están dando pasos hacia el abandono de las energías fósiles y que ya han puesto fecha de caducidad a la energía nuclear.
“Las políticas que se están llevando a cabo en Alemania son completamente ridículas. En Alemania hace frío casi todo el tiempo, pero no tenemos acceso realmente a energía solar ni, de verdad, al mar. Dependemos de las energías que tenemos a nuestra disposición, que son básicamente fósiles porque Angela Merkel decidió apagar todas las centrales nucleares”, dice Seibt.
Alude al apagón nuclear previsto en suelo germano a partir de 2022. En las cuentas de Seibt, poco parece importar que cerca del 40% de la energía que se produce en Alemania actualmente venga de energías renovables. El apagón nuclear “es otra respuesta ridícula generada por otra situación de histeria colectiva debido a una catástrofe relacionada con la energía nuclear”, subraya Seibt. Se refiere a la catástrofe nuclear de Fukushima de 2011.
Escuchándola, parece que su discurso también encaja en el que defienden en EIKE, donde están a favor de un “mix energético” que incluye energías fósiles y la nuclear, según confirman a NIUS desde esa organización alemana.
No hay duda de que el anti-estabilishment climático ha encontrado en Seibt su altavoz joven. En Youtube, Seibt tiene hoy por hoy unos 60.000 suscriptores. Pero su trabajo en el Heartland Institute no ha hecho más que empezar.