El anestesista de la lipoescultura mortal a Sara Gómez asegura ahora que advirtió al cirujano del riesgo
El anestesista dice que avisó al cirujano de que la paciente sufría episodios de hipotensión y el líquido que se extraía tenía un color hemático
La acusación cree que el anestesista era consciente del riesgo que corría la vida de Sara Gómez durante la lipoescultura
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El anestesista que intervino en la lipoescultura a Sara Gómez que le terminó provocando la muerte advirtió al cirujano investigado como presunto autor de un delito de homicidio imprudente de que la paciente sufría episodios de hipotensión y de que el líquido que se extraía tenía un color hemático.
Así se recoge en la comparecencia que hizo ante la Consejería de Salud de Murcia 12 días después de la intervención en una clínica privada de Cartagena, cuando la paciente, de 39 años y natural de Alcantarilla, permanecía ingresada en la unidad de cuidados intensivos del hospital público al que fue trasladada.
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Cambio de versión después de decir que la operación había transcurrido sin complicaciones
Sus manifestaciones se recogen en la ampliación de la denuncia que acaba de presentar el letrado de la acusación particular en nombre del padre de la fallecida, en la que se pide que este anestesista sea llamado a declarar como investigado.
En el escrito se pone de relieve que esas afirmaciones entran en contradicción con lo que había declarado antes, cuando dijo que la operación, que se prolongó por espacio de cinco horas y media, había transcurrido "con ausencia de complicaciones".
Episodios de hipotensión tras la operación
La ampliación de la denuncia señala así mismo que ante la consejería manifestó que cuando habían transcurrido cuatro horas y media de la operación, la paciente sufrió episodios de hipotensión, que se controlaron con fármacos, y añadió que avisó de ello al facultativo, al que comentó también, siempre según sus manifestaciones, que el tejido graso que se extraía tenía un color hemático y le instó a que acabara la intervención "por las cifras tensionales".
La acusación particular comenta en base a estas palabras que el anestesista era consciente del riesgo que corría la vida de la mujer, sin que pese a ello impidiera que continuara la operación durante una hora más.
La acusación lamenta igualmente que no se avisara a las urgencias del 061 hasta poco antes de las 18 horas del día de la operación, el 2 de diciembre, cuando los médicos de este servicio público recogieron en su parte que la afectada presentaba palidez y sangrado continuo y estaba en estado de shock.
La mujer falleció el pasado 1 de enero, y el cirujano compareció el miércoles en el juzgado de instrucción de Cartagena que dirigía las investigaciones, que decretó que quedara libre con las cautelares de retirada del pasaporte y prohibición de salir de España.