En los últimos siete días han sido encontrados en sus casas de Zaragoza a cuatro ancianos muertos que vivían solos. Es la cara más amarga de la soledad a la que se ven abocados muchos de nuestros mayores. A veces, como en el último de los casos, pasan días desde que la persona fallece hasta que alguien da la voz de alarma. Según los datos últimos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística, en Aragón llegan a 65 000 los mayores que viven solos en el hogar. Esta cifra en España llega hasta los dos millones.
2 300 000 personas mayores viven solas en España en sus hogares, y cuando esa soledad no es elegida, llega con ella la tristeza. "Con el paso del tiempo se va incrementando esa soledad emocional, social y física. Se detecta con pequeños síntomas de apatía, ansiedad, nerviosismo y rasgos depresivos", comenta Marta Sánchez, una psicóloga del área de mayores de Cruz Roja de Zaragoza.
Entidades como Cruz Roja trabajan por mitigar la cara mala de la soledad. "Una sociedad en la que no se cuida a una persona mayor, para mí no sería una sociedad", declara la psicóloga. Alicia, Eugenia y Elvida viven solas pero arropadas por sus familias y amistades y, aunque el día a día a veces es difícil, ellas tienen sus estrategias para hacerle frente con humor.
Con la pandemia la soledad no deseada ha aumentado y las voces que piden un registro de personas mayores vuelven a alzarse. El foco también se pone en la coordinación entre Atención Primaria y servicios sociales para intentar que nadie haga frente ni a la vida, ni a la muerte, en soledad.