Chocolate. El cacao aumenta el nivel de sustancias neuroquímicas, que actúan sobre partes del cerebro para producir una sensación de euforia y relajación. Es por ello que la investigación científica ha demostrado que comer una onza de chocolate negro al día durante dos semanas llega a reducir los niveles de hormonas de estrés en sujetos que tienen mucha tensión.
Leche. Es un alimento rico en antioxidantes, vitaminas B2 y B12, además de en proteínas y, por supuesto, calcio. Esto nos provoca un efecto calmante al reducir la presión arterial y alivia los espasmos musculares asociados con la ansiedad. Los expertos recomiendan una leche desgrasada.
Naranjas. Esta fruta está llena de vitamina C, que disminuye la presión arterial y la hormona del estrés cortisol. . De ahí que el consumo de alimentos ricos en vitamina C durante tiempos de tensión es clave, ya que el estrés agota las reservas naturales de vitamina C.
Frutos secos. La mayoría de los frutos secos contienen zinc, que ayuda al cuerpo a metabolizar los ácidos grasos y producir serotonina. Además son ricos en vitaminas B y E, que ayudan a estimular el sistema inmunológico y mantener el oxígeno que fluye por todo el cuerpo. La medida adecuada según los expertos es de aproximadamente 14 nueces, 16 almendras, 24 ó 49 pistachos por porción.
Aguacates. Contienen vitamina B, esencial para la salud de nervios y células del cerebro. También son ricos en grasas monoinsaturadas y potasio, que ayudan a disminuir la presión arterial. Estudios relacionan la falta de vitamina B con la ansiedad.
Pescado azul. Rico en ácidos grasos omega-3, que pueden evitar sobrecargas en las hormonas del estrés. Además ayudan a protegerse contra las enfermedades cardíacas y los trastornos anímicos como la depresión y el síndrome premenstrual. Se recomienda comerlos al menos dos veces a la semana.
Pavo. Contiene L-triptófano, un aminoácido que provoca la liberación de la serotonina química, que hace al cerebro "sentirse bien". Es una buena opción para limitar el consumo de grasas y calorías.
Avena. Estimula también la producción de serotonina. Además es rica en fibra, ideal para evitar el estreñimiento, y reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Carne roja. Contiene altos niveles de zinc, hierro y vitaminas del grupo B, que ayudan a estabilizar el estado de ánimo. La carne vacuna es muy rica en ácido fólico, lo que hace que el cerebro produzca encefalina, que tiene funciones similares a las endorfinas.
Espinacas. Una taza de espinacas crudas ayuda reponer las reservas de magnesio.