Ahinara tiene seis años. Solo. Pero ya sabe lo que es sufrir y vivir un milagro. Y demostrar tener una pasión y una resistencia que va más allá de su pequeño cuerpo. Ahora quiere ser doctora, claro, porque ha visto cómo han luchado por salvar su vida en la Clínica Universidad de Navarra. Lo reconoce su padre, que aún llora recordando cómo la pequeña se puso malita en su país natal, Ecuador y no lograba recuperarse. Llegó entonces la frase que ningún padre quiere escuchar: su hija tiene un tumor cerebral. No había consuelo para la familia. Salvo para Ahinara que no perdió esa sonrisa que la define según todos los que ahora la conocen. La niña transmite energía.
"Es maravilloso ver desde fuera cómo tratan a mi hija, cómo ella se siente en familia y ha llegado a querer a cada doctor y profesional que ha estado con ella", concluye Victoriano. Ahinara de mayor quiere ser doctora e inicia ahora una nueva fase de su tratamiento en Pamplona. Su historia de superación ha sido recogida en un documental por el cineasta David Arratibel.
En su país, Ecuador, lograron operarle el tumor, pero no era suficiente. Tocaba viajar a España. "Al tratarse de un tumor maligno nos indicaron que la cirugía no era suficiente y que había que continuar con otros tratamientos, por lo que comenzamos a buscar opciones curativas en otros hospitales", relata Victoriano Iglesias, padre de Ahinara.
Llegaron a la sede de Pamplona el 2 de marzo para comenzar con las sesiones de quimioterapia y, cuando parecía que todo iba bien, llegó a España el momento más duro del COVID. Se confinaron en una casa en Pamplona, donde permanecieron hasta que, gracias al programa Niños contra el Cáncer, se le abrió la oportunidad de recibir protonterapia en Madrid.
Estábamos agradecidos porque Ahinara iba a entrar a esta novedosa terapia, pero teníamos mucho miedo porque era necesario trasladarse a Madrid y sabíamos los devastadores efectos del COVID-19 en la capital por las noticias. La doctora nos tranquilizó y nos explicó que la Clínica tenía unos protocolos muy seguros, que pudimos comprobar desde el principio. Incluso la Clínica nos facilitó una casa para permanecer durante el tratamiento y un transporte para acudir todos los días al hospital.
Y ahí es cuando surgió también otro medicamento que a veces olvidamos;: la solidaridad, el cariño y el apoyo. Con el rostro de Rafal, un taxista que todos los días llevaba a Ahinara sin cobrar desde la casa que les cedió la Asociación Española contra el Cáncer hasta la Clínica. No falló nunca. Como un clavo, los 30 días de tratamiento. Ni un día sin su Ahinara. Y eso también cura. Y en plena epidemia de coronavirus.
La pequeña ha recibido 30 sesiones que no superan el minuto de irradiación, se encuentra ahora fenomenal y no ha sufrido ningún efecto secundario. "Es una niña muy especial para nosotros, no solo porque haya sido la primera, sino porque nos transmite su alegría cada mañana y todo el equipo de la Unidad de Protones la adora", reconoce la doctora Elena Panizo, especialista en Oncología Pediátrica de la Clínica Universidad de Navarra.
"Por sus características, la protonterapia está especialmente indicada para niños y en el caso de Ahinara, especialmente, por ayudarnos a proteger de la radiación las zonas cerebrales implicadas en el desarrollo neurocognitivo", añade el director de la Unidad de Protonterapia de la Clínica, Felipe Calvo.
El pasado 2 de abril entró en funcionamiento la Unidad de Protonterapia de la Clínica Universidad de Navarra, que empezó a tratar pacientes el 17 de abril. Este es el primer equipamiento de estas características en un Centro de Cáncer intrahospitalario en Europa, el Cancer Center Universidad de Navarra y, desde su apertura ha tratado una treintena de pacientes, ocho de ellos, pediátricos.
Entre los tumores tratados, hay reirradiaciones (pacientes con radioterapia previa), oligometástasis, craneofaringiomas, ependimomas, tumores de próstata, nasofaríngeos, meduloblastomas, sarcoma cerebral, condrosarcoma, cordoma, sarcoma de Ewing, rabdomiosarcoma, cáncer de pulmón, recto y mama.
En una rueda de prensa celebrada este jueves, y que ha contado con la asistencia del Embajador de Ecuador en España, Cristóbal Fernando Roldán Cobo, el Director General de la Clínica, José Andrés Gómez Cantero, se refería a las circunstancias tan especiales en las que se ha producido el inicio de actividad. "Es cierto que cuando iniciamos el proyecto imaginábamos un escenario más ilusionante, tanto para la puesta en marcha como para la presentación. El contexto en el que pusimos en marcha la Unidad de Protonterapia nos obligó a modificar procedimientos para garantizar, entre otros aspectos, la seguridad de nuestros pacientes y de nuestros profesionales, que han seguido atendiendo a sus pacientes durante toda la pandemia", ha comentado.
"Con todo, es una satisfacción haberlo culminado y poder ya ofrecer esta alternativa de tratamiento (en ocasiones, la única) para los pacientes con tumores complejos. Como suele decir el doctor Calvo, con los años, tendremos que valorar el hito del contexto en el que nos pusimos en marcha", ha añadido.
La Unidad de Protonterapia de la Clínica es la primera en un Centro de Cáncer intrahospitalario en España, e incorpora un sincrotrón de Hitachi, cuya tecnología está presente en 32 centros clínicos y académicos, entre los que se encuentran referentes internacionales en el tratamiento del cáncer, como la Clínica Mayo, MD Anderson, John's Hopkins, St. Jude's Children's Research Hospital o Hokkaido University Hospital.
La protonterapia, al ser una técnica de gran precisión, permite tratar exclusivamente la zona tumoral sin irradiar el tejido sano circundante y, por tanto, no produce efectos adversos y minimiza el riesgo de efectos radioinducidos innecesarios", explica Felipe Calvo.La Unidad de Protonterapia de la Clínica incorpora como acelerador de partículas un sincrotrón, el más moderno disponible actualmente y más eficiente energéticamente que el ciclotrón, ya que es el que produce menos radiación secundaria. Se considera, en este sentido, un acelerador "limpio", ya que permite acelerar el haz de protones justo hasta la energía requerida para alcanzar el tumor de cada paciente de forma individualizada, sin precisar filtros artificiales para la generación del proceso de "frenado" (mediante el cambio de energía que selecciona el sincrotrón para el propio haz).
Además, el equipo que incorpora la Clínica incluye un sistema que permite el tratamiento con protones de los tumores sujetos a movimiento respiratorio, una solución totalmente integrada en el sistema instrumental. El 'tracking' en tiempo real es capaz de localizar y cuantificar el movimiento del tumor, y sincronizar el instante de la irradiación para lograr un mínimo impacto en el tejido sano.