Se vuelve a hablar de violencia en el fútbol base, en este caso por la agresión que un entrenador ha sufrido a manos de un padre del equipo rival, que le dejó muy mal parado en el campo de juego.

Un cabezazo y un posterior puñetazo mandaron a José Antonio al hospital este fin de semana. El agresor, el padre de uno de los niños del equipo contrario y el resultado de esa agresión son varias lesiones en la cara y la necesidad de una cirugía plástica. Todo delante de niños de once años.

La agresión ha sido denunciada, dice el afectado para que hechos así no vuelvan a repetirse. Lo cierto es que este tipo de imágenes son recurrentes en los campos de fútbol base.

Padres, familiares, aficionados protagonizan imágenes lamentables, un mal ejemplo para los menores que persiste.