Jonathan S.R. se enfrenta a la justicia por la muerte de su prima en 2018 en Fuerteventur. Aunque ha admitido haber cometido el crimen con una treintena de martillazos argumenta que no abusó sexualmente de ella porque se considera “una mujer” que quiere “estar con hombres”. El acusado pide que se dirijan a él como mujer y que la llamen por su nombre, que es Lorena.
En la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria se juzga el crimen de Betancuria. El procesado, Jonathan S.R. está acusado de matar a su prima en su casa en 2018. El hombre habría aprovechado que ella estaba sola y dormida para asaltarla y asestarle una treintena de martillazos para después eyacular encima.
Jonatahn S.R. ha admitido haber matado a su prima en un “arrebato” por problemas mentales pero ha negado los abusos sexuales sobre la víctima porque se considera “una mujer” a la que le gustan los hombres. El abogado ha pedido al jurado popular y a la sala que se dirijan a su defendido como mujer y que la llamen Lorena.
"Yo soy una mujer, y no quiero estar con una chica, sino con un hombre", ha dicho el acusado que solo ha respondido a las preguntas de su abogado.
Ninguna de las acusaciones han admitido su planteamiento de que ahora es una mujer. El abogado de la familia de la víctima mortal ha rebatido la tesis de la defensa de que el cambio de género de su representado es oficial porque en la cárcel se le ha otorgado un trato diferente desde que se declaró mujer, permitiéndole usar ropas femeninas en privado y ducharse aparte de los demás reclusos, argumentando que el reconocimiento de algo así "no es competencia de Instituciones Penitenciarias, sino del Registro Civil", según informa el diario La Provincia.
El acusado no admite que el crimen fuera un asesinato, como mantienen las acusaciones, agravado por alevosía y ensañamiento. El Ministerio Fiscal pide 25 años de cárcel, pena que tendría que ser rebajada si finalmente se considera homicidio.
La defensa ha pedido la absolución de su cliente porque –dice- no era capaz de calibrar lo que hacía porque sufre "trastornos de personalidad". Por ello ha pedido su internamiento en un centro para recibir tratamiento. El letrado ha insistido que el padecimiento de su representado "anuló totalmente sus capacidades cognitivas y volitivas".
Las acusaciones sostienen en cambio que lo único que tiene el acusado es "un retraso mental de carácter leve, sin que afecte a su capacidad" de discernir entre bien y mal.
Consideran que Jonatahn atacó a su prima usando guantes para no dejar huellas, vistiendo una chaqueta de mangas largas y con capucha que dificultaran su identificación. Además, se presentó en su casa con una llave que le había quitado tiempo atrás, sabiendo que estaba sola y dormida con la "imposibilidad absoluta de defensa” y llevando un martillo, dos navajas y una cuerda.
El fiscal también ha señalado para descartar que fuera incapaz de saber qué hacía que "dio la vuelta al colchón para ocultar las manchas de sangre", huyó a su casa, colindante con la de la víctima, saltando por la terraza para evitar la vía pública y encontrarse con alguien. Ya en su casa se duchó y tiró la ropa y los utensilios dentro de otra vivienda cercana deshabitada. Para la Fiscalía todo ello demuestra que planeó el crimen de antemano.
Además, el fiscal ha subrayado, que el acusado hizo un “uso de una extrema violencia" y apuntando en sus golpes a "zonas vitales", en especial la cabeza de la víctima, a la que no dejó de pegar ni cuando cayó al suelo herida de muerte. Finalmente, excitado por lo sucedido, "le eyaculó encima".
El acusado, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha definido definiera su relación con su víctima como "bastante bien, ningún problema".
Cuando su defensa le ha preguntado por qué golpeó hasta su fin a la chica, el acusado ha declarado que "le dio un arrebato" y que "estaba como una máquina sin control".