Prosigue el juicio contra la madre acusada de asesinar a su hija, Carolina, de cinco años, drogándola y asfixiándola en un hotel de Logroño el 26 de enero de 2020. Su versión sigue siendo la misma: la de culpar a su madre, es decir, a la abuela de la niña, que apareció muerta dos días después del suceso tras tirarse al río Ebro.
“No atentaría contra mi vida ni contra la de mi hija”, manifestó en la primera sesión del juicio; algo que la acusación no cree de ningún modo, y mucho menos después de lo expuesto hoy, –en la que es ya la quinta vista–, en donde los agentes que intervinieron en el caso han declarado que “el plan era de ambas y lo llevaron adelante conjuntamente”.
Así lo cree el fiscal, que acusa a A.U de asesinar a su propia hija en aquel hotel donde un vecino, tras el suceso, la vio sentada en la ventana, ensangrentada y amagando con saltar.
En la habitación donde ocurrió el crimen también se alojaba la abuela de la pequeña, a la que la acusada, –así como su familia y su letrada–, tratan de culpar de todo, pero el fiscal cree igualmente que las dos trazaron el plan de matar a la niña y después suicidarse para vengarse del padre, quien tenía la custodia de la pequeña.
“No aceptaba; no estaba de acuerdo con esa guardia y custodia que tenía el padre. Lo llevó mal hasta el extremo de decidir poner en marcha esa gran tragedia”, manifestó el fiscal en la primera sesión.
Hoy, los policías nacionales que han comparecido han contradicho, de hecho, el relato de la acusada, y además han compartido una información trascendental: en los registros de sus búsquedas en Google en los días previos al crimen, –realizadas tanto por ella como por la madre–, figuraban entradas reveladoras como: “veneno”, “matarratas”, “cianuro”, y también otras como “cortarse las venas”, “cortarse las venas a tiempo” o “muerte por asfixia”. Incluso, el 23 de enero a las 13:55 horas figura una búsqueda todavía más concreta: “Asfixia en niños mayores de un año”.
Sobre ello, en su declaración la acusada intentó desmarcarse señalando que todos los teléfonos familiares estaban sincronizados y cualquiera podría haberlo hecho, y sobre ello uno de los agentes que ha acudido al juicio ha señalado: “Creo recordar que en ambos teléfonos las búsquedas son parecidas, pero no idénticas". "No se duplican las búsquedas en ambos teléfonos", ha dicho uno de los agentes que ha declarado.
Más allá, en la sesión, el agente instructor y el secretario del caso que han prestado declaración han señalado que cuando acudieron al hospital donde se encontraba la acusada, –el día 29–, para informarle de que habían encontrado el cadáver de su madre, ésta de pronto les dijo que ambas habían planeado quitarse la vida tras acabar con la de la niña.
“Comenta que lleva mucho tiempo pasándolo mal, que la base del problema era la relación que tiene con su expareja y el régimen de custodia de la niña, que esa situación había ido a peor desembocando en la idea de quitarse la vida, que este hecho viene de lejos, que se lo comentó en su momento a su madre. Creo recordar que en 2019 ya se lo ha había comentado”, ha relatado el agente instructor, que ha continuado señalando que, respecto a la niña dijo “que siempre pensó en llevársela con ella porque el futuro que le iba a dar su padre no iba a ser bueno, que ambas tomaron esa decisión, que decidieron llevarla a cabo el 25 y 26 de enero porque la niña estaba con ellas”. Le contó, ha señalado, “que alquilaron la habitación del hotel, que habían decidido que fuese su madre quien acabara con la vida de la niña, que luego la ayudaría a quitársela ella y que su madre se suicidaría también".
Del mismo modo, en esta revelación que habría hecho sin presencia de abogado, les dijo “que no quiso ver cómo acababan con la vida de la niña, que se metió en el baño, que cuando salió la niña ya no respiraba” y “que lo siguiente fue que su madre le ayudó a cortarse las venas".
Por todo ello, el agente es claro: “La acusada era consciente de lo que iba a suceder quería que sucediese y participó activamente en ello”. “El plan era de ambas y ambas lo llevaron adelante conjuntamente”.
Añadiendo todavía más evidencias al caso están las cartas y el vídeo “de despedida” que grabó con la niña, en el que le pedía palabras para sus familiares. Todo ello pasó a formar parte de las pesquisas de las investigaciones una vez que el hermano de la acusada entregó tanto las misivas como los teléfonos móviles que encontró en casa junto a ellas.
"El contenido de las cartas está muy claro, de despedida. Hablan abiertamente de suicidio y queda claro que se van a llevar a la niña con ella", ha señalado el investigador que ha declarado, en referencia tanto a la acusada como a la abuela de la niña.
Fue con las cartas en posesión cuando se detuvo a la acusada como “responsable” del asesinato, y de hecho, llamó la atención de los agentes que, cuando la estaban leyendo sus derechos, afirma: “No me sorprende”.
Por su parte, otro hecho que los agentes destacan es que el padre de la acusada relata cómo su mujer y su hija tenían "una relación muy estrecha, como si fuesen siamesas". Además, sobre lo sucedido le dice a la policía que cree que es "un plan" de ambas y que, "de ser así, su mujer, posteriormente, se habría tirado al Ebro".
Fue eso lo que hizo a los agentes buscar en el río, donde efectivamente encontraron su cadáver. Además, en el visionado de las imágenes de un establecimiento se le ve tomar una consumición el domingo 26 a las seis y media de la tarde y, posteriormente, ir hacia el Ebro.
En cuanto a los vídeos que dejó, la acusada grabó, entre el 23 y el 25 de enero, 29 videos, pero la mayoría los borró. De los cinco que dejó, hay uno en el que aparece con la niña Carolina: "Este último es de despedida para sus familiares, le va preguntando a la niña que diga algo de ellos", ha explicado el investigador.
Todo ello, entienden los agentes, deja ver que el crimen estaba completamente planeado y se hizo con “previsión”, dedicándole “tiempo”. "Todo es un cúmulo de circunstancias", ha dicho, que hacen pensar que la acusada "participa activamente en ello".
En los vídeos que registran las inmediaciones del hotel se vio llegar al alojamiento a la madre, la abuela y a la niña a las 8:15 de la mañana del domingo 26 (aunque habían reservado en el hotel también la noche anterior). La reserva se hizo con el móvil de la acusada.
A las cinco y cuarto de la tarde se ve a la abuela saliendo del hotel. La niña habría muerto entre la una y las siete de la tarde y, para los investigadores, esto "abre la posibilidad a que cualquiera de las dos podría haber cometido el asesinato".
El lunes 27, a las siete y cuarto de la mañana, se le ve a la acusada salir del hotel para regresar una hora más tarde y, el seguimiento de las cámaras de los locales permite concluir que cogió el coche y lo volvió a aparcar.
Lo siguiente es el relato espontáneo que la acusada hace cuando los agentes le comunican el hallazgo del cadáver de su madre, donde revela que “ambas tomaron la decisión” de perpetrar el crimen.