Un pacto por Julen: del rencor al acuerdo
Los padres de Julen y el tío del pequeño han llegado a un acuerdo para evitar el juicio
David Serrano reconoce el homicidio por imprudencia e indemnizará a los padres con 180.000 euros
Acepta una condena de un año de cárcel y abonará inicialmente a los padres 25.000 euros
Un año después de su muerte al caer por un pozo de 25 centímetros de diámetro en Totalán, Málaga, la familia del pequeño Julen permanece rota por el dolor y la tragedia. El fallecimiento del pequeño no solo conmocionó a España y destrozó a unos padres que ya en 2017 habían perdido un hijo de 3 años, sino que además provocó un cisma familiar cuando, tras la tragedia, llegó la hora de que con las investigaciones pertinentes la justicia dirimiese y depurase responsabilidades.
El pequeño, de solo dos años, murió en la finca de su tío, –David Serrano–, citado este 21 de enero para ser juzgado por un delito de homicidio por imprudencia grave. El pozo por el que se precipitó el niño no estaba tapado, y fue esa la razón principal por la que pronto comenzaron los cruces de acusaciones en el seno de la familia. Serrano debió sellar el pozo como disponía la ley, y tanto Vicky como José Roselló, –los padres de Julen–, no se lo perdonan. Aunque reconozcan que fue un terrible y trágico accidente, creen que la tragedia pudo haberse evitado si David les hubiese dicho lo del pozo.
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La Fiscalía solicitaba tres años de cárcel para él por el citado delito de homicidio por imprudencia grave. La acusación particular, representando a los padres del niño, pedía por su parte tres años y medio de cárcel. Sin embargo, 24 horas antes de la cita judicial, David Serrano y los progenitores de Julen alcanzaban un acuerdo en la Audiencia Provincial de Málaga para evitar el juicio y no tener que revivir el triste suceso; para dejar atrás acusaciones y rencores.
Acuerdo in extremis para evitar el juicio
El acuerdo, que ha sido aprobado por la jueza, contempla que Serrano acepta una condena de un año de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia grave, así como establece su compromiso a pagar una indemnización a los padres de Julen que asciende a unos 180.000 euros. De ellos, inmediatamente pagaría 25.000. El resto, a razón de 50 euros al mes. Además, si la capacidad económica de Serrano mejorase, pagaría más rápido dicha indemnización, porque a ese ritmo tardaría más de 200 años, algo que, por otro lado, refleja la voluntad de los padres de Julen de que el asunto se resuelva sin tener que revivir, una vez más, la muerte del niño. “Que todo termine lo antes posible”; ese es el deseo de los padres de Julen, tal como expresaba José Roselló en una entrevista en exclusiva para Informativos Telecinco.
“Perdonarlo no. Nunca”
“Yo no soy quien va a decir si David tiene que entrar en prisión o no. Eso lo primero. Y perdonarlo no; nunca”, recalcaba Roselló en la entrevista, en la que maldecía el día en que fueron a su finca: “Fuimos a un sitio al que no teníamos que haber ido nunca. Prefiero no recordarlo”, dijo. Y el juicio lo reviviría todo: empezando desde aquel aciago 13 de enero de 2019; pasando por los 13 agónicos días de la inédita y complejísima operación de búsqueda; la madrugada del 26 de enero en que se confirmaba el hallazgo del cuerpo sin vida de Julen; y todos las acusaciones y reproches que se produjeron después de la tragedia.
“Los padres de Julen están poseídos”
Las primeras palabras de David Serrano al conocer que había sido formalmente acusado de un homicidio por imprudencia grave fueron tan crudas como contundentes, haciendo del ataque su defensa; una postura similar a la ejercida por sus abogados, que estructuraron su estrategia apuntando hacia distintos frentes: primero señalaron al pocero que hizo el pozo, –el cual defendió que lo tapó y quien finalmente fue citado solo como testigo–; después, por medio de un informe, dejaron caer que la piqueta empleada en el pozo por los efectivos que se entregaron en cuerpo y alma en la operación de búsqueda podía haber sido causa de la muerte del pequeño, algo que desmontó la autopsia; y por último, también se llegó a apuntar hacia los propios padres del pequeño.
“Aquí tanta culpa tengo yo, tanta culpa tiene el pocero, tanta culpa tienen sus padres por no estar atentos del niño, porque allí se encontraba mi niña chiquitilla… Pero mi niña chiquitilla se encontraba al cuidado de su madre”. “Culpable soy yo, culpables son ellos, que tenían que haber restado pendientes de su hijo”. “¿Qué yo he hecho un pozo mal, ilegal? Perfecto. Por eso estoy acusado, pero ¿por la muerte de un niño?” “Incluso los padres de Julen están poseídos. Van chillando por ahí que yo soy el asesino de su hijo en el barrio”, llegó a decir David Serrano, en declaraciones al programa de Ana Rosa.
“¿Presunto culpable? Soy el único investigado cuando allí había cuatro personas, incluidas esos dos niños. El hombre que genera el peligro, que es el pocero, tampoco está como imputado. Se le coge un testimonio como un mero testigo, cuando es él el que genera el peligro”, añadió entonces, sin olvidarse de que “la autopsia mentó la piqueta”, si bien cabe recordar que el informe de la autopsia lo recoge a la hora de referirse a las heridas post mortem, dado que Julen murió por la caída, el mismo día en que se precipitó por el pozo, aquel 13 de enero.
“Si hubiese sido al revés a mí ya me habrían dado dos tiros”
Tras aquellas palabras de David Serrano, el padre de Julen, insistiendo en que éste nunca les avisó de la existencia del pozo, se pronunció contestándole: “Saben cómo éramos con nuestro niño; con nuestros niños. Saben cómo lo cuidábamos. En el caso de Julen estábamos más pendientes todavía, porque ya veníamos de otra situación fea. Me duele que David diga eso porque él sabe cómo nosotros estábamos pendientes. Si eso (el pozo) no hubiese estado allí, ahí no hubiese pasado nada. Yo el peligro que veía allí (en la finca) era que mi hijo se pudiese tropezar, que pudiese caer por un barranco…”, contó en declaraciones exclusivas a ‘Ya es Mediodía’.
A este respecto, añadió que, “si hubiese sido al revés”, es decir, si hubiese sido la hija de David la víctima de la terrible tragedia y el suceso hubiese ocurrido en su finca, a él ya le hubieran dado “dos tiros”: “Estoy 100% seguro”, recalcó, revelando a continuación un episodio que daba fiel reflejo de la situación que vivía la familia: “Mi hermano le dijo que nos había arruinado la vida y su respuesta fue darle dos puñetazos en la cara”.
Con lágrimas en los ojos, José Roselló, como ahora, expresaba entonces, –en aquellas declaraciones pronunciadas en julio de 2019–, que las cosas no iban a “volver a su cauce”. “Por mi parte, nunca”, manifestó, dejando claro, no obstante, que no deseaba el mal “a nadie”. “No voy a ser yo quien dicte sentencia”, subrayó.
Hoy, el acuerdo alcanzado entre ambas partes busca reconducir de algún modo las rencillas y las acusaciones en una familia que, más allá de litigios, nunca dejará de llorar la pérdida de Julen.