La Consejería de Educación de Cantabria ha concluido que las agresiones sufridas por un niño de seis años en su colegio de Colindres por parte de varios compañeros “no es un caso de acoso”. Esta es la conclusión de la investigación de la inspección educativa hecha tras la denuncia de la madre.
La inspección de la Consejería de Educación de Cantabria ha explicado que la situación denunciada por la madre del alumno de Colindres no es acoso porque no reúne los tres aspectos que debe tener en cuenta y que son: que haya intención de hacer daño, que sea un hecho repetitivo y que haya superioridad por parte de los supuestos agresores.
Después de haber escuchado a "todas" las personas implicadas en los hechos denunciados, los encargados de la valoración han concluido que lo sucedido en Colindres no es un supuesto de acoso o 'bullying', según ha explicado a Europa Press, María Jesús Reimat, directora general de Formación Profesional que ha asumido la de dirección de Centros Docentes desde que se fue Isabel Fernández para ser candidata del PSOE al Senado.
La madre del menor comunicó el pasado 30 de abril los hechos de los que estaría siendo víctima su hijo al colegio, cuya dirección contactó a su vez con los servicios de inspección de Educación. Así, el 2 de mayo se abrió el protocolo previsto en casos de acoso escolar, que se cerró el pasado 27.
La madre inició un procedimiento paralelo, al denunciar los hechos ante la Guardia Civil. En un comunicado de prensa, la familia y la asociación 'Tolerancia 0 al bullying' aseguraban que el niño había sufrido agresiones por parte de otros alumnos del centro educativo, que casi le "doblan" la edad y que le rodearon en el patio durante el recreo propinándole patadas y puñetazos. Indicaban que la agresión denunciada tuvo lugar el 14 de mayo y que en la misma participaron varios menores más de 5º y 6º de Primaria del colegio.
Tras poner en marcha el protocolo previsto, habilitar las medidas habituales y entrevistarse con todas partes implicadas, los inspectores del equipo encargado de evaluar los hechos llegaron a la conclusión de que no se trataba de un caso de acoso escolar.
Pese a que la Inspección ha concluido que no se trata de un caso de acoso, se ha designado a un 'profesor sombra' que vigila al niño de manera "discreta", sin que este se dé cuenta hasta final de curso. También se han tomado medidas para los supuestos agresores.