La Acebeda, el pueblo que resiste libre de coronavirus en Madrid
La localidad, de 84 habitantes, en la única de la región sin caso de covid
Han cerrado locales de ocio y prefieren no recibir visitas
La media de edad de sus vecinos supera los 80 años
En el peor momento de la tercera ola de contagios de coronavirus, con una incidencia acumulada en la Comunidad de Madrid que supera los 900 casos por 100.000 habitantes, todavía hay una localidad en la región que está 100% libre de covid, según las estadísticas oficiales. Se trata de La Acebeda, una pequeña localidad de la Sierra Norte en la que, según el censo, viven 84 vecinos, aunque la realidad es algo distinta y parece que son muchos menos los que pasan todo el año en el pueblo.
Nadie parece saber bien cuánta gente vive en esta pequeña localidad de la Sierra, pero algunos hablan de que no llegarían a los 40. Tan poca gente y con una media de edad tan avanzada, la mayoría supera los 80 años, les han hecho ser muy cuidadosos para no favorecer los contagios. De hecho, las visitas nos son bien recibidas y han cerrado todos los lugares de ocio para que los domingueros no tengan la tentación de parar en el pueblo. Los vecinos de La Acebeda tienen miedo y tienen la intención de pasar la pandemia manteniéndose libres de contagios.
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Los restaurantes, el bar del pueblo y hasta el polideportivo permanecen cerrado desde los primeros compases de la emergencia sanitaria. Se han suspendido todos los eventos, las fiestas y las reuniones. En La Acebeda se cumplen las medidas de seguridad contra el covid a rajatabla, y más allá. En el caso del bar del pueblo, se mantuvo abierto pero, ante la acumulación de coches que los fines de semana acudían desde el puerto de Navacerrada, el dueño decidió cerrarlo. Era demasiado riesgo para los vecinos.
En el caso de los alojamientos rurales con los que cuenta el pueblo, son de bastante capacidad (para 10 o más personas) por lo que permanecen cerrados porque las medidas de seguridad actuales en Madrid no permiten grupos mayores a 6 personas. Pero los vecinos respiran más tranquilos sin la lelgada de turistas a dichos alojamientos.