Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) condenada a cinco años de prisión por la sustracción de sus dos hijos menores, ha vuelto a denunciar a su expareja, el italiano Francesco Arcuri. En esta ocasión le acusa de violencia doméstica, lesiones y amenazas hacia los dos hijos que tienen en común, por lo que solicita la adopción de medidas urgentes para protegerlos y que no regresen con su padre a Italia.
Los hechos denunciados ante el Juzgado de Instrucción 3 de Granada habrían ocurrido entre el 14 de mayo y el 6 de junio,y no se encuentran judicializados ni en España ni en Italia. Los pequeños, de 13 y 5 años, se encuentran pasando el verano con su madre, que deberá devolverlos el 14 de agosto al padre, el cual tiene su custodia exclusiva.
Rivas solicita que antes de esa fecha se adopten distintas medidas cautelares que aparten al padre de los niños hasta que se investiguen los hechos denunciados, como una orden de alejamiento e incomunicación, o la suspensión de la patria potestad. La madre argumenta que recibió a los niños el pasado 7 de junio con "trastornos de sueño y crisis puntuales de ansiedad" y asegura que le han confesado "haber seguido sufriendo maltrato, incluidas amenazas de muerte por parte de su padre en las semanas anteriores" a ser entregados para viajar a España.
Rivas expone en su denuncia que, "preocupada por la sintomatología que presentan sus hijos (pesadillas, insomnio y cefaleas por parte del mayor y episodios de ira y agresividad por parte del pequeño cuando escucha algo referente a Italia), acudió el 19 de junio al centro de salud de Maracena, donde fueron atendidos y derivados a la unidad de Salud Mental. "La situación de vulnerabilidad y riesgo para la integridad física y psicológica de los menores se ha plasmado en el informe emitido por la psicóloga coordinadora de la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Atarfe", agrega.
Rivas recurrió el pasado mayo ante el Tribunal Supremo la sentencia que la condena a cinco años de prisión y seis sin la patria potestad por sustracción de menores, después de que en verano de 2017 permaneciera un mes en paradero desconocido con sus hijos incumpliendo las resoluciones que le obligaban a entregárselos al padre. Días antes la Fiscalía italiana archivó por falta de pruebas las ocho denuncias que ha presentado en los últimos años por maltrato contra su expareja.