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Eran amigos desde la infancia. Los cuatro jóvenes que fallecieron este fin de semana en un accidente de tráfico en el Puerto de Lunada, en Soba (Cantabria), se conocieron en una asociación que ayuda a los jóvenes del barrio madrileño de Vallecas, donde lloran estas muertes prematuras.
En una curva sin quitamiedos. Es por donde se precipitó el coche al vacío, que cayó por una pendiente pronunciada y escarpada y comenzó a dar vueltas de campana. Más abajo, el turismo rebotó en un tramo de otra carretera, perdiendo parte del parachoques.
Luego continuó descendiendo ladera abajo hasta detenerse al final del barranco, tras una caída de unos 300 metros. "Un minimo error te cuesta la vida. Ahí si te sales de la carretera, paras donde paras", cuenta un residente de la zona.
Con un dron, la Guardia Civil investiga qué pudo pasar. Los cuatro fallecidos llevaban el cinturón. Iban a celebrar un cumpleaños el fin de semana en una casa rural con otros cuatro amigos que iban detrás en otro coche y no vieron el accidente. Eran las 22:00 horas de la noche del sábado, había nevado, y el GPS les llevó por esta carretera estrecha y llena de curvas.
El móvil de uno de ellos fue el que alertó automáticamente al 112: "Podría haber algo de hielo en la calzada. Quizá eso es lo que tienen que estudiar con detalle", ha señalado José Miguel Tolosa, jefe provincial de Tráfico.
Los vecinos de la zona llevan años pidiendo quitamiedos: "Si hubiera habido vallas, todo el mundo piensa que estos chavales no habrían muerto". Los fallecidos eran dos chicos y dos chicas de 20 y 21 años. "Desde que ha nacido le ceonozco" "Eran chicos estupendos, maravillosos". Se conocían desde pequeños del barrio madrileño de Vallecas, que está de luto.
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