Logo de El programa de Ana Rosa
El programa de Ana Rosa

Logo de El programa de Ana RosaEl programa de Ana Rosa

Exclusiva | La carta que delató al descuartizador de Gran Canaria: "Soy Loli. No me vuelvas a buscar"

Este jueves 20 de febrero, el llamado 'Descuartizador de Gran Canaria' ha regresado a los juzgados después de que la juez del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de San Bartolomé de Tirajana decretas prisión provisional, comunicada y sin fianza para Miguel Gallego, exguardia civil de 70 años.

Miguel Gallego habría matado a María Dolores, la habría cocinado, troceado en fragmentos pequeños y después confesó haber esparcido sus restos por toda la isla. Él pensó que había cometido el crimen perfecto, y así fue durante casi cinco años.

Pero el 'Descuartizador de Gran Canaria' cometió un gran error que acabó con su plan perfecto. El acusado de haber matado y descuartizado a su mujer en plena pandemia diseñó su coartada durante aproximadamente un año, llegando a enviar hasta un escrito a Secretaría del Gobierno un escrito para dar conocimiento de la denuncia o tratando de involucrar a otras personas del entorno de Loli en Gran Canaria en su desaparición.

'El Programa de Ana Rosa' ha tenido acceso en exclusiva al documento que escribió y que ha servido para desmontar toda su coartada. "No me vengas a buscar, no quiero saber nada de nadie, ni de las hijas", pone en la carta que aportó en la primera denuncia.

Lo que hace la Policía Nacional al detenerle es ponérsela de antes y decirle que los estudios que han hecho de su letra y de la de su mujer no tienen nada que ver y que no ha soportado el primer examen morfológico, dejando claro que es una burda imitación.

Asegura que María Dolores murió durante el forcejeo de una pelea

Fue a principios de semana cuando Miguel fue llamado a declarar que terminó confesando a la Policía que el suceso se produjo el 18 de abril en el transcurso de una disputa con su mujer que conllevó un forcejeo que hizo que ésta cayera al suelo y muriera al golpearse la cabeza.

De acuerdo con su versión, esperó horas a comprobar si su mujer solo estaba desmayada y reaccionaba, pero al comprobar que había muerto, se asustó y pensó en hacer desaparecer su cuerpo.

Para ello, troceó el cadáver en pequeños fragmentos que luego dejaba secar en plásticos que extendió por la vivienda y los fue arrojando en diversos lugares del sur de Gran Canaria durante dos días, todo ello en un contexto en el que las calles de toda España estaban casi desiertas (y más en un destino turístico como Playa del Inglés), debido al confinamiento por la pandemia.