Doble crimen en Liaño: la mujer fue apuñalada "con gran violencia" y la bebé murió asfixiada

El acusado de matar a su mujer y su bebé de 11 meses J.R durante el juicio que se le sigue en Cantabria.

La mujer asesinada en Liaño (Cantabria) junto a su hija en diciembre de 2021 fue apuñalada "con gran violencia" y presentaba seis heridas que le provocaron una hemorragia interna, según las forenses que han declarado en el juicio contra el marido de la víctima y padre de la bebé, de 11 meses, que murió asfixiada.

Las forenses que hicieron la autopsia de los dos cuerpos, han declarado este jueves ante la Audiencia de Cantabria, en el cuarto día del juicio contra el presunto autor de los asesinatos: José R., padre de la niña y pareja de la fallecida, de la que tenía orden de alejamiento.

El asesino ocultó los cuerpos de la mujer y la niña en el patio de la casa de Liaño, bajo una manta, unos palés y unos bloques de hormigón, el 17 de diciembre de 2021, al día siguiente del doble crimen. Los peritos creen que en ese mismo lugar cometió los crímenes, porque no han encontrado señales de haber sido arrastrados.

"Hay que aplicar un mecanismo con gran violencia para causar esas lesiones", han señalado las forenses, tras indicar que la mayoría de las heridas eran profundas y una de ellas le colapsó el pulmón a la víctima, E. J provocándole una "insuficiencia respiratoria grave".

No han determinado en su informe si murió antes la madre o la hija, que falleció asfixiada por estrangulamiento o sofocación. La bebé también recibió una cuchillada, que fue asestada tras levantarle el jersey y la camiseta y por eso aparecieron manchas se sangre en el body que llevaba. Los dos presentaban lesiones por el cuerpo y en la cabeza causados por golpes.

El acusado del crimen de Liaño no presenta ninguna patología o alteración mental

En el cuarto día del juicio con jurado contra J. Reñones, que se enfrenta a una petición de 25 años por el asesinato de su pareja y prisión permanente revisable por el de su hija, han declarado también las psiquiatras que le examinaron dos meses después de los asesinatos.

Según han señalado, no han encontrando en el acusado ninguna patología ni tampoco alteraciones mentales graves, aunque sí rasgos de personalidad narcisista, como la tendencia a culpar a los demás de los problemas o la falta de empatía.

De acuerdo con sus informes, la capacidad intelectual de Reñones está dentro de lo normal y "comprendía el alcance y la trascendencia de sus actos". 

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