Este domingo, 2 de febrero, es el Día Mundial de los Humedales, un ecosistema donde vive el 40% de las todas las especies animales y vegetales. Aunque están muy protegidos, actualmente se degradan con facilidad puesto que son muy sensibles a los cambios del clima. Así lo estamos observando durante estos últimos años en Doñana o en el mar Menor.

Se trata de un auténtico drama medioambiental ya que, en los últimos 50 años, hemos perdido el 35% de los humedales del planeta y en España, seis de cada diez. Los más deteriorados se encuentran en el Mediterráneo, donde casi la mitad de las aves acuáticas han perdido ejemplares.

Gracias a ellos, a pesar de que representan sólo el 6% de la superficie, se registra casi el 60% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, según destaca Asunción Ruiz, directora de la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife).

La trascendencia de los humedales radica en que son claves en la lucha contra el cambio climático. Absorben el CO2 y, a través de procesos bioquímicos con bacterias, algas y otros organismos vivos, lo secuestran en el suelo.

Un grupo de científicos del Ministerio de Transición Ecológica nos muestra el colapso por la contaminación en el mar Menor. Para conocer el estado de la mayor laguna salada de Europa, se ha instalado un sistema de medidores en tiempo real y con datos muy precisos.

Dicho mecanismo controla la clorofila, la temperatura o el oxígeno y ayuda a prevenir episodios como el de la 'sopa verde' que conmocionó a la sociedad española. Unas acciones necesarias para frenar su declive. Y es que los humedales desaparecen a un ritmo tres veces más rápido que los bosques.

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