‘Vamos a ver’ entrevista en directo desde Málaga a Marisa, que denuncia que sus dos hijos han recibido abusos por parte de su expareja. La pesadilla comenzó hace años, cuando Marisa llevó a su hija al psicólogo en el año 2019 debido a un comportamiento extraño en la menor (que hoy tiene diecisiete años). La joven llegó a confesar que su padrastro había abusado de ella, que llevaba años haciéndolo y que estaba amenazada para que no contara nada.

En ese momento, se tramita una denuncia contra este individuo y se interpone una orden de alejamiento para proteger a la menor. Pero él sigue libre y ninguna de las dos está tranquila cuando salen a la calle porque temen encontrarse con él. Para colmo, con el paso de los años, el hijo que tienen en común Marisa y este supuesto agresor también manifiesta haber sufrido abusos sexuales por parte de su padre, aunque esta causa no tiene por ahora fecha de juicio.  

Marisa se derrumba durante su entrevista al recordar todo lo vivido, sobre todo cuando nos cuenta el proceso que se ha llevado a cabo en el caso de su hijo (que ahora tiene cinco años), pues no se le hizo reconocimiento médico alguno y, a pesar de esto, se descartaron los abusos en su caso. Eso sí, se ha suspendido el régimen de visitas. A partir de aquí, hay dos procedimientos judiciales: el de la hija está más avanzado que el del niño.

“Mi hija intentó suicidarse, pedí por activa y por pasiva que me ayudaran, que quería que al niño lo viera un psicólogo, que le ayudaran a que dejara de orinarse en la cama, que dejara de tener pesadillas, pero por temas burocráticos, tardaron nueves meses. Esta persona sigue en la calle, tiene miedo a salir”, confiesa Marisa entre lágrimas, pues al niño aún (nueve meses después de la denuncia) no le ha visto ningún especialista.

“Quiero pedir, por favor, que aceleren los trámites. Esta persona está en la calle. Hay muchos niños con riesgo a contacto, también tengo miedo a cruzarme con él. He intentado toda mi vida proteger a mis hijos y he tenido al monstruo dentro en casa. Nunca he metido a un desconocido. Me casé con él y no te das cuenta de nada cuando empieza la agresividad y a mostrar su cara verdadera. Me siento mal porque no sé si pude hacer más".

Marisa dice que se ha planteado tratar a su hijo por su cuenta (porque lleva meses esperando que le vea un especialista), pero “no puedo hacerlo hasta que el juzgado dé el ok. Lo que sí conseguí es que al menor si lo vieran, pero a título pedagógico, para tratar su ansiedad. Dijeron que tenía un estrés postraumático de algún episodio sostenido. Pero ellos no eran especialistas en este campo, que eso lo determinaría el forense, entonces no podía hacer nada por mi cuenta. Me han cerrado todas las puertas”, se lamenta Marisa.