La de Reyes es siempre una mañana muy especial. Tras una noche de muchos nervios y mucha impaciencia, en la que cuesta conciliar el sueño, los más pequeños de la casa han madrugado para ver qué les han dejado los Reyes y parece que, como siempre, han sido bastante generosos. La emoción y la alegría son incontenibles.

Después de la noche más mágica del año. llegó el momento más esperado. Y con ello, los gritos, las caras de sorpresa, las exclamaciones y la reacción ante los regalos soñados. No solo eso. Algunos niños han visto cómo incluso los camellos se han paseado por casa dejando sus huellas.

En otras casas los Reyes Magos han dejado corazones y mucho amor. Y entre tanta ilusión, es el momento de abrir los regalos y encontrar ese libro, el microscopio, meterse en cajas que son más grandes que ellos o llamar a mamá para que disfrute con nosotros. Algunos pequeños juegan a descubrir el regalo.

¿Para qué esperar? Es hora de salir a la calle y ponerse a jugar. Mejor si es en compañía. Ahora toca disfrutar y seguir portándose bien, que los Reyes Magos ya nos están vigilando.

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