El caso de Rosario Díaz Jiménez, conocida como 'Chari', una mujer asesinada por su pareja George Virgiliu en Palma, ha conmocionado a la comunidad. A pesar de vivir aterrada por el comportamiento violento de su pareja, Chari intentó proteger a sus hijas y mantener una imagen positiva de su padre. Ahora, el presunto asesino se encuentra a la espera de pasar a disposición judicial. Hace apenas un mes, Chari confesó a la policía local que temía por su vida tras sufrir una de las tantas palizas que Jorge le había propinado. Esto le otorgó una orden de alejamiento de 500 metros, medida que no fue suficiente para evitar su muerte. George, con un largo historial de antecedentes, utilizó un cuchillo para apuñalarla múltiples veces mientras ella conducía. En 'Vamos a ver', hemos entrevistado a Mariela, una de las amigas más cercanas de la víctima, quien ha compartido detalles desgarradores de lo sucedido y de cómo Chari intentó vivir con normalidad hasta el último momento.
Mariela ha recordado con dolor el impacto de la noticia: "Fue un golpe muy duro, nadie nos lo esperábamos, siempre reía". También ha relatado cómo tuvo que ser ella quien informara a la madre de Chari: "Le di la noticia a su madre. Estaba en pijama, cocinando una tortilla de patata. Bajamos al ayuntamiento y ahí la policía le confirmó lo que había pasado. Se cayó al suelo". "No lo entendemos. Invitó a las niñas a hacer una pijamada y no mostraba miedo ni nada", ha subrayado ya que la noche anterior al asesinato, la hija de Mariela estuvo en casa de la víctima, lo que hace aún más incomprensible el fatal desenlace.
Mariela también ha revelado una conversación con el asesino confeso, apenas 20 días antes del crimen: "Me decía que se iba a matar si no hablaba con ella. Yo le dije que no pensase en tonterías y me juró que nunca iba a hacerle daño a Chari porque era el amor de su vida".
En el barrio donde vivía la víctima, los vecinos la recuerdan como "una chica muy alegre y siempre dispuesta a ayudar". Incluso con la orden de alejamiento, Chari ayudó a George económicamente y le alquiló una habitación para que pudiera vivir, preocupada por la imagen que sus hijas tuvieran de su padre.