En 1992 desaparecieron cinco menores en España haciendo autostop, dos de ellas, Manuela y Virginia, fueron las grandes olvidadas. 'Crimen en primera persona' muestra el testimonio del principal sospechoso de la Guardia Civil y de otra víctima de intento de secuestro en un caso muy similar. Ambos, supuesta víctima y supuesto agresor mantienen una tensa llamada telefónica con un resultado sorprendente.
Seis meses después de la desaparición de Manuela y Virginia, ocurre otra desaparición en España muy notoria, es el caso de las ‘Niñas de Alcàsser’. Los expertos aseguran que hay muchas similitudes, tanto las menores de Alcàsser como Manuela y Virginia hacen autostop, en principio para ir a una discoteca.
Otra de las similitudes es que en ambos casos una de las amigas que iban a ir con ellas se pone mala y no van. Y todas eran menores de edad.
“El caso de Alcàsser tomó muchísima repercusión, pero el caso de Aguilar quedó en el olvido”.
Manuela era hija única, 13 años cuando desaparece. La niña había tenido problemas de adaptación en la escuela de Aguilar. Virginia es la única que se acerca a Manuela, pero ella tenía un patrón bastante distinto.
Virginia es la hija pequeña de una familia de cinco hermanos, tremendamente querida, tremendamente protegida, pero se hace amiga de Manuela.
Emilio, hermano de Virginia explicaba que ambas “se volvieron inseparables. Sentía que de alguna forma la tenía que arropar”
En aquel 23 de abril de 1992 ambas mintieron a su familia. Karima, la madre de Manuela asegura que aquel día se fueron a escondidas después de que le dijese que “no podía ir a Reinosa”.
Ambas tenían que llegar de vuelta a Aguilar, pero a la hora que volvían ya no había trenes, así que decidieron ir a la carretera que une Reinosa con Aguilar y ahí hacer autostop.
Una testigo, ya fallecida, dio un testimonio sobre aquel momento, “ve cómo las niñas se montan y se van en ese 127 blanco”.
Esperanza López, última testigo de la desaparición, cuenta como el conductor les preguntó a las niñas “dónde vais y ellas dijeron Aguilar”. Esa es la última imagen que se tiene de Virginia y de Manuela. “El coche era un 127 blanco tres puertas…con matrícula de Santander”.
Carmen Balfagón, abogada de la familia: “Yo no sé dónde está Virginia ni dónde está Manuela, yo se la angustia que tienen sus padres todavía. No sabemos dónde están, no sabemos qué pasó”.
El principal sospechoso del caso hablaba para 'Crimen en primera persona': “Mi único delito ha sido tener un 127 blanco, por eso la Guardia Civil ha estado siguiéndome durante más de 30 años”.
“Yo me subí en un 127 en el año 91, un año antes de lo que le ocurrió a Manuela y Virginia, pero por suerte estoy aquí para contarlo”, explica una mujer que sufrió un intento de secuestro en la zona.
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