La Policía Nacional ha detenido en Ciudad Real a dos empresarios por la presunta comisión de varios delitos contra los derechos de los trabajadores. Se les acusa de beneficiarse de la situación de inmigración irregular de sus empleados para someterlos a condiciones abusivas, con jornadas de trabajo de hasta 14 horas y sueldos de 15 euros semanales.
Según ha informado este jueves la Policía Nacional en un comunicado, los empresarios presuntamente se beneficiaban de la situación irregular de los empleados para restringir sus derechos laborales, sometiéndolos a extensas jornadas de trabajo.
Los agentes iniciaron sendas investigaciones a raíz de una serie de informaciones que relacionaban estos dos negocios, uno con sede en la capital y otro en la cercana localidad de Carrión de Calatrava, con la contratación de inmigrantes en situación de vulnerabilidad, a quienes engañaban con la promesa de facilitarles en un futuro inmediato un permiso de residencia.
La investigación policial, en colaboración con la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, permitió comprobar que ambos investigados, siendo conocedores de la situación de necesidad y la carencia de documentación de los empleados, los contrataban para trabajar en sus empresas sin horarios, sin cotización ni cobertura médica, y con jornadas laborales de hasta 14 horas diarias con un día de libranza semanal.
Se da la circunstancia de que uno de los investigados, con antecedentes penales previos por delitos violentos, fue detenido por la Policía Nacional por hechos similares el pasado mes de abril, cuando se pudo comprobar que regentaba un taller mecánico en el que presuntamente se cometían delitos de trata de seres humanos y explotación laboral a inmigrantes en situación irregular.
Tras su detención y puesta en libertad, esta persona trasladó sus operaciones a un nuevo local en la localidad de Carrión de Calatrava, donde continuó explotando laboralmente a nuevos inmigrantes, toda vez que eludía en la medida de lo posible el control policial de sus actividades.
En este nuevo taller, los trabajadores irregulares llegaban a trabajar hasta 84 horas semanales, con horarios en ocasiones de 08:00 a 22:00 horas, quedando dentro del taller cuando era cerrado al mediodía para trabajar bajo intimidaciones por parte del detenido.
Además, dejaron de percibir el salario estipulado inicialmente de 60 euros diarios para, tras varias semanas, llegar a cobrar pequeñas cantidades de dinero que se redujeron finalmente a 15 euros semanales y asignaciones de comida.
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