El debate sobre el uso y el abuso de las pantallas en los menores de edad y sus consecuencias no deja de extenderse desde hace años. Según los expertos, es uno de los grandes retos que enfrenta la sociedad y el Gobierno, en su hoja de ruta para un entorno digital seguro, quiere ponerle coto desaconsejando que los niños las usen antes de los seis años y proponiendo que los menores de 16 tengan un móvil analógico sin acceso a internet ni redes sociales, como informan en el vídeo C. Raymat y E. Ascaso.
Se trata de una de las cien medidas recogidas en el informe que se ha aprobado este martes y que pretende proteger a los menores de las consecuencias que tienen las pantallas en su salud física y mental.
Problemas de sueño, menos actividad física, riesgo cardiovascular, fatiga visual, disminución en el volumen cerebral por no hablar de los efectos en la salud mental y el deterioro de las relaciones sociales y familiares.
Objeto de debate en múltiples países, la cuestión preocupa y hay expertos que lo comparan incluso con algunas drogas como la cocaína.
En el informe aprobado hoy por el Consejo de Ministros se recogen un centenar de medidas en las que recomiendan, entre otras muchas cosas, que los niños estén sin pantallas hasta los 3 años y hasta los 6 como mucho para hacer videollamadas para la familia.
“Es el momento de máxima plasticidad cerebral. Hay que tener a los menores con cautela en relación con ese uso de la tecnología”, apunta Ana Caballero, vicepresidenta de la Asociación Europea para la Transición Digital.
El informe del comité de expertos aprobado este martes propone un acceso gradual de los menores a los dispositivos electrónicos. Piden además elevar la edad mínima para tener un móvil de 14 a 16 años.
“Los niños también tienen que relacionarse con su entorno desde el aburrimiento”, apunta Laura Pinyol, vicepresidenta del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC).
Muchos de ellos, sin embargo, desde muy pronto tienen ya sus dispositivos conectados a todo tipo de redes sociales. Por eso, lo que aconsejan dentro de este centenar de medidas es el uso de teléfonos analógicos, sin internet, entre los 12 y 16 años, así como un etiquetado en los propios móviles advirtiendo de los riesgos para la salud.
Además, sin una supervisión de los padres, los menores se exponen a muchos peligros: “Ciberbullying, la sextorsión, el sexting no consentido…”, son solo algunos de ellos, como expone Diana Díaz, directora de Líneas de Ayuda Fundación ANAR.
A este respecto, las llamadas de ayuda de adolescentes a la Fundación ANAR se han multiplicado por diez, principalmente por acoso a través de las tecnologías.
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