Los fuegos han marcado el 2023 como el año más catastrófico de la última década en nuestro país. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre se registraron 249 fallecidos a causa de incendios y explosiones, 173 de ellos en viviendas. Cifras que no se observaban con frecuencia desde finales del siglo pasado. 

En cuanto a las causas de las muertes, la más frecuente es la inhalación de humo, cobrando las vidas de hasta 135 personas (78%), seguido de las quemaduras (19,1%), los traumatismos (1,2%) y otras lesiones (0,5%). Según el informe, tres de cada cuatro personas fallecieron por un motivo evitable. El simple hecho de contar con un detector de humos podría haberles salvado la vida. 

El mayor peligro se encuentra de noche, mientras dormimos, cuando el humo inunda nuestros pulmones y corta nuestras vías respiratorias sin tan siquiera percatarnos del incendio en el interior de nuestro hogar. El espacio de la vivienda donde se producen más fuegos mortales es el salón (48,8%), seguido del dormitorio (27,6%), y, en tercer lugar, el espacio más 'peligroso' es la cocina, con el 10,6% de los fallecidos. 

La mortalidad por incendio está claramente relacionada con las bajas temperaturas y el uso de los sistemas de calefacción. Un total de 150 personas (60%) perdieron la vida en los intervalos de los meses más fríos del año - entre enero y marzo y entre octubre y diciembre -, lo que evidencia los riesgos de los radiadores y calefactores en contacto con telas y material inflamable.

El sector de la sociedad de mayor riesgo son los mayores de 64 años (49,1% de los fallecidos en viviendas), principalmente por su incapacidad física para mantenerse a salvo en un corto espacio de tiempo, la antigüedad de sus viviendas e instalaciones eléctricas y especialmente la soledad que sufren muchas personas mayores, cuyo riesgo se multiplica por tres en caso de que vivan solas. En cuanto a la distribución de las muertes por sexos, los hombres son los mayores damnificados (59%), frente a las mujeres, que representan el 41% de los casos. 

Los bloques de edificios pueden parecer más seguros frente a las viviendas unifamiliares por el hecho de vivir más cerca de nuestros vecinos. Pero en el caso de los incendios sucede todo lo contrario, cuantas más personas se encuentren cerca del incendio, mayor es el número de personas en riesgo. Los bloques de edificios registraron el 68,1% de los incendios, frente al 38,2% de las viviendas unifamiliares.

Atendiendo a las Comunidades Autónomas, Cataluña se sitúa en cabeza como la Comunidad con mayor número de víctimas mortales por incendios, con 46 fallecidos; seguida de Andalucía, con 42; y la Comunidad Valenciana, con 37 muertes. 

Los expertos tratan de concienciar a la población del riesgo de los incendios a través de simulacros y diversas iniciativas. Desde la APTB (Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos) proponen seguir una serie de pautas sencillas como, no sobrecargar las instalaciones eléctricas, en concreto los enchufes, no desatender velas, sartenes o planchas y no dejar chimeneas o estufas en combustión encendidas por la noche. 

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