Este jueves se ha celebrado en Jerez el juicio a Diego el Cigala por violencia machista contra su expareja. El cantaor fue detenido en Madrid en junio de 2021 en un hotel madrileño por un presunto delito de violencia de género, ocurrido en Jerez de la Frontera.
La que fuera su mujer le denunció mediante un relato bastante pormenorizado, contando que casi desde el principio de la relación el Cigala la había maltratado de forma física y psíquica, si bien ninguno de los episodios que sufrió le exigió asistencia sanitaria u hospitalización.
Así, el Cigala ha negado este jueves ante el Juzgado de lo Penal 3 de la localidad haber maltratado a la que fuera su mujer, y ha atribuido su denuncia a los supuestos celos que ella tenía.
"Nunca le he puesto una mano (encima) a ninguna mujer, en la vida", ha asegurado el artista, acusado de delitos por los que se enfrenta a una petición provisional de la Fiscalía de 5 años de prisión.
El cantaor ha dicho que su exmujer llegó incluso a amenazarlo con denunciarlo por malos tratos, con que iba a arruinar su carrera si no llegaban a un acuerdo de tipo económico, aspecto este último por el que incluso llegó a haber "negociaciones", recoge EFE.
En este sentido, Diego el Cigala ha explicado durante la vista oral que tuvo una relación sentimental con la denunciante -con la que tiene dos hijos menores- durante unos seis años, los primeros "súper bonitos" y los últimos "un pequeño infierno".
A preguntas de la Fiscalía, ha negado además haber insultado o amenazado con expresiones despectivas o humillantes a su ya expareja, a la que suministraba dinero para la gestión de la vivienda, o que la hubiera echado de casa. También ha añadido que nunca ha consumido sustancias estupefacientes en su casa delante de sus hijos.
"Podemos mandarnos a la mierda pero somos personas civilizadas", ha admitido no obstante el cantaor, quien se ha definido como alguien "muy educado".
El acusado ha atribuido la denuncia por maltrato de su exmujer a los celos que ella tenía, y ha relatado varios episodios en los que ella, supuestamente, le "formó espectáculo".
Durante la vista, la jueza ha tenido que pedir al cantante que no se refiriera a la fiscal o la abogada de la acusación particular, tuteándolas o con expresiones como "cariño" o "corazón mío". "Yo le trato de usted", ha replicado la representante del ministerio público.
Por su parte, su exmujer, Dolores Ruiz Méndez, ha relatado el "infierno" que vivió con el cantaor, al que acusa de vejaciones y maltrato, y ha asegurado ante el juzgado que ella era, para él, "un cubo de basura" y tenía "la culpa de todo lo que le pasara".
La expareja del cantaor también ha expresado que desde que nació el primero de sus dos hijos en común, la relación "no era buena". Además, ha explicado que nunca quiso denunciar a su pareja, de quien estaba "muy enamorada" y que le pidió varias veces perdón, porque le daba "vergüenza". Solo acudió a comisaría para denunciarlo, ha añadido, después de que él la amenazara con "quitarle a los niños" y no poder llegar a un acuerdo previo.
En contra de lo manifestado por el acusado, ha negado ser una persona celosa y ha definido al cantaor como una persona a la que "no se le podía contradecir en nada": "Él no podía aguantar que yo brillara de alguna manera", ha sentenciado.
Finalmente, se ha reconocido como "totalmente económicamente dependiente" del artista desde que lo conoció, y ha señalado también que en vez de "achicarse, le echaba cojones", a pesar de que "en la cultura gitana los hombres mandan".
No es la primera vez que Diego El Cigala es detenido por la Policía y en 2014 fue condenado por el Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid por una falta de amenazas a una azafata a la que tuvo que pagar 20 días de multa a razón de seis euros diarios, con 245 euros por los días que estuvo incapacitada para trabajar, además de 1.200 euros por las secuelas sufridas y 2.520 euros por los gastos médicos.
Según los hechos probados, Diego Ramón Jiménez Salazar, Diego El Cigala, embarcó el 29 de marzo de 2003 en el aeropuerto de Barajas en un vuelo de Air Europa con destino a Tenerife y, tras situarse en su asiento, se dirigió a la azafata, a la que entregó una bolsa con un traje para que lo guardara.
La azafata le contestó que en dicho avión no había armarios y le indicó que podía colocar el traje en el compartimento situado encima de su asiento.
"En un tono tremendamente exaltado y agresivo", comenzó a proferir expresiones contra la azafata como "eres una guarra, tu cara no me gusta nada, te voy a sacar del avión con las piernas por delante, te vas a acordar de mí, me cago en ti y en los de tu raza".
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