El pasado sábado 2 de noviembre sobre las 18:00 de la tarde, en plena calle, con luz todavía suficiente como para dejarse ver por los viandantes, un hombre comenzó a agredir a la mujer que le acompañaba. Paradojas de la vida se encontraban en los alrededores del Centro de la Mujer de Cortijo Grande de Almería, un lugar donde las mujeres encuentran refugio y protección.
Según fuentes cercanas a la investigación, justo en ese lugar, en la calle y con testigos de sobra de por medio, el hombre en cuestión agarraba fuertemente del brazo a la víctima e intentaba besarla de forma violenta y amenazante.
Entre los testigos se encontraba un agente de la Guardia Civil destinado en la localidad almeriense de Roqueta de Mar, que paseaba junto a su esposa por la capital en su dia de descanso. La reacción fue inmediata: se acercó al supuesto agresor, se identificó y le ordenó que la dejara. La respuesta del hombre fue salir huyendo del lugar.
Hasta el lugar se desplazó la Policía Nacional que abrió diligencias y tomó declaración a la mujer, que señaló una situación familiar complicada y confirmó que su pareja se había puesto agresivo.
Tras esta confirmación los agentes buscaron al agresor que fue tenido a pocos metros de distancia.
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