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La Audiencia de Valladolid ha condenado a cinco años y medio de prisión a un fontanero que estafó cerca de 80.000 euros a una mujer de 76 años bajo el pretexto de reparar el termo de su vivienda, aprovechándose de su vulnerabilidad debido a un deterioro cognitivo.
En su sentencia, la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial ha determinado que, tras examinar las pruebas presentadas durante el juicio, se ha demostrado que el acusado, Silverio M.M, cometió un delito continuado de estafa.
Asimismo, este delito se agrava debido a la cantidad defraudada, que superar los 50.000 euros, así como por la difícil situación económica en la que ha dejado a la víctima. Además, se considera la reincidencia del acusado, según ha informado fuentes jurídicas a Europa Press.
Por tanto, además de la pena de cinco años y medio de prisión, la condena también impone al acusado la obligación de restituir a la víctima la totalidad de la suma estafada, que asciende a más de 79.000 euros.
El acusado, que ya tenía una condena previa de seis meses de prisión por estafa, se declaró inocente durante el juicio. De hecho, argumentó que en junio de 2022, visitó la casa de la anciana, María Rosa G.J., ubicada en la calle Nicolás Salmerón, donde únicamente realizó el cambio de un contador sin recibir pago alguno, ya que, según él, "es un trabajo que cubre Aguas de Valladolid".
No obstante, la víctima recordó que, tras la primera visita del fontanero a su hogar en el verano de 2022, el problema no se resolvió. Desde entonces, recibió numerosas llamadas del condenado entre agosto de ese año y enero de 2023, en las que le exigió diferentes sumas de dinero (500, 800, 1.000 euros) bajo el pretexto de que necesitaba comprar piezas para reparar el termo.
María relató que en ocasiones el fontanero iba directamente a su casa "y se iba pitando tras recibir el dinero". En otras, él la acompañada hasta el banco, donde la esperaba en su vehículo mientras ella realizaba las extracciones, ya fuera en ventanilla o en el cajero automático.
La mujer, quien vivía sola y recibía una pensión de 736 , llevó un registro detallado de cada uno de los pagos que realizó y alcanzó un total de 79.692 euros por la reparación del termo. Esto dejó su cuenta bancaria con solo 108, lo que le hizo darse cuenta de que estaba siendo estafada, llevando finalmente el asunto a la policía.
Por su parte, una sobrina de María Rosa, fue la que acompañó a su tía a presentar la denuncia ante la policía. A ello, relató que cuando conoció lo ocurrido se quedó "alucinada" y recriminó haber dejado a María "con lo puesto". De hecho, aseguró que no podía ni pagarse un abogado para representarla y recordó lo que le dijo a su tía en su momento: "¡Pero si un termo cuesta 400 euros y le has pagado casi un piso!"
El día del juicio, María lamentó su situación: "A raíz de lo ocurrido ya no puedo viajar, que era lo que más me gustaba, y me han quedado la pensión y cuatro perras en el banco".
Por otro lado, el abogado del fontanero intentó, sin éxito, obtener un fallo absolutorio al señalar la falta de testigos. Además, argumentó que las extracciones de la cuenta de la anciana podrían haber sido realizadas por su sobrina, quien estaba autorizada a manejarla. También mencionó que toda la denuncia se basa en la declaración de una mujer con deterioro cognitivo. A pesar de esto, la fiscal del caso solicitó la pena máxima.
Como principales evidencias en su contra, la acusadora pública presentó no solo las anotaciones manuscritas de la supuesta víctima, sino también la coincidencia temporal entre las extracciones bancarias que realizó y las llamadas telefónicas previas del fontanero. Esta circunstancia fue muy considerada por el tribunal y fue corroborada por la Policía Nacional durante la investigación.
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