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La inclemencia de la DANA que ha sacudido España provocando la tragedia continúa sembrando angustia, desolación y desconsuelo. La magnitud del desastre deja ya más de 90 muertos y muchas familias siguen necesitando ayuda. Todavía hay personas desaparecidas y buscan desesperadamente a sus seres queridos.
A muchos de ellos los escucharon por última vez clamando auxilio, ya fuese a través de las redes sociales o los medios de comunicación, antes de que quedasen completamente incomunicados.
Con el 112 colapsado y en instantes de pánico, muchos buscaron aferrarse a la vida, resistiendo sobre el techo de los vehículos, sobre superficies en altura, árboles o cualquier cosa que pensasen que podía ponerles a salvo de las riadas y las corrientes ocasionados por la cantidad de agua que cayó de forma torrencial.
“Mi situación es que estamos ocho personas encima de un camión cisterna. Hemos tenido que saltar de un camión a otro. Estamos empapados, sin comida, sin agua, sin nada, mojados, con un frío tremendo. Y el agua sigue subiendo y como nos arrastre este camión ya no tenemos dónde cogernos ni dónde salvarnos. Hagan el favor, aquí hay muchísima gente en coches atrapadas, encima de los tejados. Hagan el favor, estamos llamando al 112. No va el teléfono, dice que no existe. No podemos aguantar mucho más donde estamos”, contaba un hombre a Cadena SER, recurriendo a la radio en busca de auxilio en los peores momentos de la DANA durante la noche del martes.
A la mañana siguiente la angustia se apoderaba de los familiares cuyos seres queridos todavía no habían vuelto: “Estoy buscando a mi hijo. Mi hijo se llama Daniel, es mi niño”, contaba una madre entre lágrimas en la Mirada Crítica, en Telecinco.
“No podía, mi hijo estuvo llamando a los bomberos, a todo, pero decían que estaba todo cortado, que no podían pasar”, relataba, sumida en la angustia.
Hoy sabemos que el joven está sano y salvo. “Tengo ganas de besarlo y abrazarlo”, expresa la progenitora. Sin embargo, aún son muchos los que siguen sin dar señales.
Alejandro y María han hablado también para la televisión. Buscan a tres familiares: “Es posible que estén bien. No lo sabemos. El último contacto que hicimos con ellos fue a las diez de la noche”, cuentan.
Como a tantos otros, la DANA les sorprendió en sus coches en Alfafar. Luego se subieron a un muro.
En otra de las imágenes de los afectados, un joven advertía que le tocaba dormir en un árbol, confiando en que pudiese refugiarse allí de las riadas: “El agua se lleva mi coche, así que, no sé, me voy a tirar ocho horas en un árbol”, relataba.
Por su parte, hay otros que, después de toda una noche en la carretera, han logrado contar, ya desde casa, cómo comenzó la catástrofe: “Gente andando y corriendo en contradirección por la autovía, diciendo que venía el agua. Gente que estaba conmigo, que ha tardado un minuto más en salir del coche o en decidirse a echar a correr, no han podido llegar y han tenido que echar marcha atrás, y luego les veíamos cómo se han tenido que subirse arriba (de los coches)”.
Son los testimonios de quienes han podido contarlo, sobrecogidos aún por el alcance del desastre y la tragedia. Mientras, los equipos de rescate continúan trabajando contra reloj en busca de posibles supervivientes. Cada hora, cada minuto, cada segundo tras el paso de la DANA y sin saber de los desaparecidos, multiplica la angustia.
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