A la espera de que el juez admita o no a trámite la denuncia por acoso sexual que la actriz Elisa Mouliaá presentó en comisaría contra Íñigo Errejón, hay otras mujeres que señalan al exportavoz parlamentario de Sumar por su comportamiento hacia ellas.
Mientras tanto, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, considera que la formación ya "está haciendo los deberes" y puntualiza que "tiene que llegar al fondo del asunto" y depurar responsabilidades. De momento, desde Sumar reconocen su fallo en los mecanismos de detección y prevención.
Sin desvelar su identidad, una víctima de los presuntos abusos asegura, al digital El Salto, haber comprobado los mensajes que Errejón intercambió con ella entre julio de 2014 y febrero de 2015, años en los que el madrileño arrancaba su carrera política.
La joven, que entonces tenía 23 años, afirma que se trató de una relación de "sumisión no consensuada" y calificó su encuentro sexual como "una película burda de porno heteronormativo". "Tirones de pelo, cachetes, frases desagradables y ningún 'qué tal' ni miradas para testear si yo estaba bien", añade.
Otra mujer ha contado a elDiario.es la experiencia que vivió con Íñigo Errejón hace más de cuatro años. Una relación en la que se vio atrapada y que se basaba en el ejercicio del poder: "Tardé tiempo en darme cuenta de que no era yo lo que él deseaba sino mi sometimiento".
También ha reconocido que, después de estar algo más de un año con el expolítico, se sintió tan mal consigo misma que luego le costó volver a establecer relaciones de pareja en términos "menos tóxicos".
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