Así es la 'Generación Sándwich': mujeres con una triple jornada laboral
La generación sándwich: mujeres que tienen que dejar su trabajo para cuidar a sus padres y a sus hijos
La directora de L'ODEE de la Cambra de Barcelona sostiene que las mujeres dedican 49 horas a la semana a los cuidados informales
La presión que tienen las mujeres al tener que cumplir con este tipo de cuidados les ocasiona efectos negativos en la salud y en el ocio
La generación sándwich se refiere al grupo de personas de entre 40 y 64 años que, además de trabajar, soportan los cuidados y responsabilidades familiares, que se duplican, ya que los padres se hacen mayores y hay que sacar adelante a los hijos. Este segmento de la población, que a menudo pasa desapercibido, ha sido objeto de un estudio llevado a cabo por la Cámara de Comercio de Barcelona y la cooperativa Suara, que ha analizado las repercusiones económicas y sociales de esta realidad, informan E. Ascaso y A. López.
La investigación detalla que las mujeres son la parte más afectada de esta generación, respecto a los hombres. De hecho, un 32% de ellas se ven obligadas a tener que dejar su trabajo para ocuparse de los demás. Es el ejemplo de Carmen, quien tuvo que dejar de trabajar para cuidar a sus hijas y que "una vez pasaron al instituto", tuvo que irse a vivir con su madre para encargarse de sus necesidades. Conciliar para ella es misión imposible, del ocio, mejor no hablar.
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Los cuidados informales causan efectos negativos en la salud y el ocio de la generación sándwich
Es necesario resaltar que esta generación acaba realizando una triple jornada laboral en la que no descansan, como es el caso de Rosa y Virginia, unas hermanas a las que no les queda otro remedio que atender a su madre mientras trabajan en su tienda. "Lo tengo que llevar todo, mi madre, mi casa, la tienda y todo lo que eso conlleva", declara una de ellas.
La directora del Observatorio Mujer, Empresa y Economía de la Cambra de Barcelona, Carme Poveda, señala que "las mujeres dedican 49 horas a la semana a los denominados cuidados informales" y esto causa un gran impacto en sus vidas al afectarles a "la salud, el tiempo de ocio y la calidad de vida". El impacto en la salud de estas cuidadoras es notablemente mayor que en los hombres: un 42% de ellas sufre depresión, el 64% está constantemente cansada y el 19% recibe tratamiento médico debido a la presión que conlleva el rol de cuidadora.
Poveda también destaca que el valor económico de los cuidados no remunerados a personas mayores asciende a 10.105 millones de euros, lo que supone el 4,1% del PIB de Cataluña. Según el estudio, en Cataluña existen al menos 151.000 personas que brindan cuidados no formales a personas de 65 años o más. De ese total, aproximadamente 60.000 pertenecen a la generación sándwich.
El valor económico de la generación sándwich
Esta sobrecarga conlleva que muchas mujeres se vean obligadas a reducir su jornada laboral o incluso abandonar su empleo, lo que agrava la desigualdad de género en el ámbito laboral. Por lo que Poveda ha explicado que, si las horas de cuidado fueran pagadas a precios de mercado, su valor ascendería a 5.811 millones de euros, el equivalente al 2,2% del PIB de Cataluña y al 6,8% del empleo en la región.
Sin embargo, actualmente el sector público destina a estos cuidados 1.400 millones de euros a través de la Ley de Dependencia. Al añadir los efectos económicos indirectos e inducidos –como los relacionados con sanidad, farmacia o transporte–, los cuidados informales alcanzan el 4,1% del valor añadido bruto catalán, lo que equivale a unos 10.000 millones de euros y al 10,9% del empleo total en la comunidad.
En términos de empleo, las 411 millones de horas dedicadas al cuidado informal representan el 6,8% del total de horas trabajadas en Cataluña. Estos datos, según el informe, subrayan el "potencial de los cuidados como motor de generación de empleo y riqueza".
Las proyecciones del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) indican que la proporción de población mayor de 64 años pasará del 19% en 2022 a casi el 30% en 2050, lo que implicará un aumento considerable en la tasa de dependencia, que superará el 50% para esa fecha. Esto significa que "habrá dos personas activas por cada persona dependiente", explicó Poveda al medio 'Ara'.
A nivel comparativo, España destina solo el 1% de su PIB al cuidado de larga duración, una cifra muy inferior a la de países como los Países Bajos o Noruega. Ante el incremento esperado de la población dependiente, Poveda señaló que "el gasto público tendrá que multiplicarse por 2,5 como mínimo, si no por 3 o 4" de cara a 2050.
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