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Parece que la sociedad está cada vez más concienciada con la necesidad de reciclar, pero queda todavía mucho por hacer. El año pasado fue el que más envases se ha conseguido reciclar: más de 1.6000.000 toneladas. Un 3,5% más que en 2022.
Para conocer de primera mano cómo es el proceso, un equipo de 'Informativos Telecinco' ha acudido a la planta de selección que utiliza la tecnología más puntera del sector y que se encuentra en Valencia.
El proceso para darles una segunda vida a los envases que depositamos en el contenedor amarillo comienza en la planta de reciclaje. Lo primero es que las palas de las excavadoras y camiones alimenta la línea de producción y es entonces cuando se clasifica la basura.
Gracias a la tecnología y ala automatización de las plantas se ha permitido triplicar la producción y el rendimiento de estas plantas de reciclaje. Primero se hace una criba por tamaños y el siguiente proceso es la clasificación teniendo en cuenta la forma de los envases.
Entre todo el material que se recibe hay más de un 31% que no debería llegar a las plantas de reciclaje. Hay que recordar que el textil, los electrodomésticos, la chatarra, algunos objetos de plástico como juguetes o medicamentos no van al contenedor amarillo ya que no son envases y, aunque se pueden reciclar, no es el cauce adecuado.
Los diferentes materiales se prensan y los lotes llamados "balas" se envían a las empresas reciclaras para convertirse en nueva materia prima.
Por ejemplo, el aluminio de las latas se usa para la fabricación de llantas, bicicletas, ollas y sartenes. Con los bricks se hace cartón y papel. Como se puede ver, los envases tienen muchas y variadas vidas después de tirarlos a la basura.
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