Con el final del verano y el inicio del otoño el pasado fin de semana ya queda menos también para un nuevo cambio de hora en España. Se tendrá que hacer dentro de un mes, concretamente el último domingo de octubre.
Así que, el día que retrasamos el reloj este año es el 27 del próximo mes, cuando las tres de la madrugada pasará a ser las dos. Por tanto, podremos dormir una hora más esa noche. Esta modificación trata de adaptarse al horario de invierno.
Uno de sus principales motivos (y objetivos) es el ahorro energético. Ya que amanecerá y anochecerá una hora antes. La idea es ajustar el periodo de luz solar o natural a la jornada de trabajo en nuestro país. Aunque no todo es positivo.
Según advierten desde la Sociedad Española de Sueño, cambiar la hora "altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra nuestro reloj interno, que tarda varios días en reajustarse". Recuerdan la importancia que tiene descansar bien.
"Mantener un ritmo regular del ciclo sueño‐vigilia es uno de los pilares fundamentales de la salud", aseguran. Explican que "no es infrecuente que los primeros días tras el cambio algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio".
Por eso, recomiendan que haya un horario estable (el de invierno), sin las habituales modificaciones bianuales. En Europa se presentó en 2018 una propuesta para tratar de suprimirlas, pero todavía no hay ninguna decisión al respecto.
España continúa así con los dos cambios anuales, desde que en 1918 se hiciese el primero con los relojes analógicos de la época. Recordamos que en los dispositivos inteligentes como smartphones automáticamente se produce el atraso o adelanto.
Aunque hubo un par de periodos en los que esa medida no se adoptó (de 1920 al 1925 y del 1930 al 1936), después de la Guerra Civil se decidió compartir el horario con las regiones de Europa Central.
Ya en 2019, el Ministerio para la Transición Energética reconocía que no existían "informes actualizados ni experiencias contrastadas" que certificasen que modificar la hora suponga "ahorros significativos" en el consumo de energía.
Los últimos se elaboraron hace ahora casi una década, por lo que aquellos datos se encuentran desfasados. Debido a que actualmente hay nuevas exigencias de eficiencia energética. Desde la iluminación hasta la climatización.
Si bien se necesitaría comprobar si el cambio de hora sigue siendo útil en ese sentido, lo que recoge el Boletín Oficial del Estado es que se mantendrá hasta 2026, al menos. Así lo especifica el Real Decreto 236/2002, del 1 de marzo.
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