La carencia material y social severa va en aumento en España, en contraste con la evolución en países de la Unión Europea. Este indicador refleja a aquellas personas que, con sus ingresos, no pueden cubrir necesidades tan básicas como una comida de carne, pollo o pescado, al menos, cada dos días. Informa en el vídeo Leticia Iglesias
También haber tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, el alquiler, la hipoteca, o incluso la luz. Tampoco pueden permitirse un automóvil, una televisión o una lavadora.
Ni pensar en gastos extra o vacaciones. Los hogares que cumplen, un mínimo de estas cuatro situaciones se encuentran en situación de carencia material severa. Y social, también porque esta pobreza se extiende a la educación y a servicios de salud.
La evolución de la carencia severa en España ha sido mala. En ocho años, la proporción de personas en esta situación ha aumentado del 7,7% al 9% de la población. Ello en un peirodo en el que la economía y el empleo crecieron a un nivel más elevado que en la mayoría de los países europeos. En Europa, la evolución media ha sido mejor, se ha bajado del 10 al 6,8%.
¿Y cuáles son los perfiles de riesgo? El riesgo de carencia severa en España varía mucho en función del tipo de hogar. A diferencia de lo que ocurre en el resto de los países europeos, aquí tienen más riesgo las familias con hijos, que las personas mayores que viven a solas. Y este riesgo, se dispara en el caso de familias monoparentales.
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