Gisèle Pelicot ha oído este jueves la primera petición de disculpas por parte de uno de los 50 hombres que presuntamente la habrían violado con el consentimiento de su esposo que previamente la había drogado para someterla a ellos. Ha sido durante la decimotercera sesión del juicio que se desarrolla en los tribunales de Aviñón, Francia. El arrepentimiento lo ha formulado Lionel R., de 44 años, quien afirmó que "es horrible que me digan que soy parte de esta pesadilla".
La prensa francesa ha comenzado a prestar más atención a este juicio que en otros países como España, está abriendo informativos día sí y día también. Así lo cuenta hoy Le Monde que describe cómo ha sido el testimonio de este presunto violador padre de tres hijos y casado en el momento de los hechos.
Lionel ha reconocido que violó a Gisèle el 2 de diciembre de 2018 y, aunque "nunca tuve la intención (de violarla), pero al no haber tenido nunca el consentimiento de madame Pelicot, solo puedo constatar los hechos" ha asegurado ante el tribunal.
Este vendedor de supermercado aprovechó su declaración para dirigirse a su víctima y, aunque aceptó su derecho a no querer oírle y a hacerlo "demasiado tarde" le confesó que "nunca quise hacerte daño y lo hice". Lionel fue un poco más lejos y pidió disculpas a Gisèle delante de la sala.
La valiente actitud de Gisèle Pelicot está logrando poner ante las cuerdas a sus violadores y sus defensas que han intentado responsabilizarla a ella de las agresiones sexuales mostrando a una mujer que se emborrachaba para entregarse a estos acusados. Los medios de comunicación franceses han empezado a recogen momentos de tensión entre los periodistas y los acusados y testigos que antes y durante las vistas coinciden en los espacios comunes.
Este jueves la fotoperiodista Anna Margueritat relataba a Infobae como "Varios acusados han amenazado verbal y físicamente a los periodistas y las personas que vienen a ver el proceso". "Estas intimidaciones --protesta Margueritat-- ocurren todos los días, especialmente frente a la prensa, sin que se tome ninguna medida de protección".
La situación ha llegado a tal punto que los responsables judiciales han recordado a los presentes en la sala y al público que se acerca a la sede judicial de Aviñón que en Francia es ilegal grabar el rostro y difundir las identidades de los implicados en el caso que se juzga.
Por ello, informa Infobae, los funcionarios judiciales han tapado con cartones las ventanas que dan a la audiencia principal, para evitar que las cámaras capten imágenes, y han colgado un cartel que pide "adaptar" el comportamiento de los curiosos "a la serenidad de los debates" propia de un entorno judicial.
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