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El ministerio fiscal ha lanzado una serie de avisos acerca de la creciente preocupación sobre de una serie de delitos, como los protagonizados por menores, los ciberdelitos, el tráfico de drogas o los de odio.
Esta institución ha puesto el foco en la rebaja de la edad de acceso a los niños a las redes sociales. Ante ello, la Fiscalía ha propuesto retrasar la edad de acceso, aunque admite que esta medida no es suficiente.
Uno de los puntos más importantes de la memoria y lo que más preocupa al ministerio público es el auge de violencia sexual entre menores. En cuanto a la machista, ha habido un incremento del 11% de los casos.
Dos asuntos que siguen preocupando en España son la inmigración y la crisis humanitaria, ya que el documento ha dejado constancia del incremento desde mediados del año pasado de la llegada de menores migrantes, con 4.865 solo en 2023. Y el segundo caso, es la impotencia ante el cibercrimen, debido a la falta de formación y herramientas para investigar los ciberdelitos.
Ante el crecimiento de estos casos vinculados con Internet y las ciberestafas, urge la necesidad de crear nuevos castigos para estas prácticas delictivas. También ha subrayado la importancia de proporcionar información veraz en un momento en el que se “informa desde perspectivas total e interesadamente contradictorias" y ello "sin que el contraste de la veracidad de los datos parezca ser un extremo relevante" para nadie.
En la memoria también se ha recogido la situación desbordante de España con las narcolanchas para la introducción de hachís desde Marruecos, especialmente en la zona del Estrecho, junto con la violencia con la que embisten a las fuerzas y cuerpos de seguridad.
De esta manera y debido a las numerosas operaciones que se han llevado a cabo, hay una acumulación excesiva de este tipo de lanchas que no son idóneas para ningún trabajo y cuyo material está aún pendiente de destruir.
Los delitos de odio y la violencia en el fútbol se han triplicado en un año, a pesar de que, en la mayor parte de los territorios, los sistemas informáticos de gestión no permiten categorizarlos como tal. Recalcan que, la mayor parte de ellos se produce por racismo y xenofobia, seguidos por la orientación sexual e identidad de género.
La siniestralidad laboral ha dejado un total de 508 muertos. La Memoria deja constancia de que desde 2020 en ningún año se ha descendido de la cifra del medio millar de víctimas mortales. Desde 2017 a 2013, la reducción fue constante (de 844 a 432), pero desde entonces no hay mejoras en esa trágica estadística.
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