Preocupación en Andalucía y Extremadura por el aumento de contagios de fiebre del Nilo Occidental. El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha confirmado este viernes 5 nuevos casos de en la región, mientras los municipios andaluces más afectados reclaman la creación de una mesa de trabajo permanente. Esta petición se produce porque sigue aumentando el número de casos confirmados, “extendiéndose por Sevilla, Huelva, Cádiz, Jaén, Córdoba o Extremadura”, por lo que "no es el caso del Bajo Guadalquivir sino que traspasa términos municipales”, indican en un comunicado.
En las últimas horas se han comunicado cinco nuevos casos en Extremadura, todos ellos ingresados en centros hospitalarios, con lo que se eleva a 17 el número de personas afectadas en la comunidad autónoma.
Se trata de dos varones de 74 y 66 años del Área de Salud de Cáceres, que se encuentran ingresados en la UCI del Hospital Universitario de la capital cacereña, y tres pacientes del Área de Salud de Don Benito-Villanueva.
Se trata de un hombre de 65 años ingresado en el Hospital de la Siberia-Serena, una mujer de 80 años y un varón de 64 años, ambos ingresados en el Hospital de Don Benito-Villanueva.
Estos nuevos cinco casos se suman a los 12 ya notificados por el SES, de los que 6 son asintomáticos.
El resto son un varón de 60 años que permanece en UCI en el Hospital Universitario de Badajoz y evoluciona favorablemente; y una mujer de 31 años que ya ha sido dada de alta, ambos del Área de Salud de Don Benito.
Asimismo, un varón de 41 años de la zona sanitaria de Mérida que no ha precisado ingreso; dos mujeres de 56 y 47 años, respectivamente, que permanecen estables; y un hombre de 66 años, que también ha recibido el alta; estos tres últimos del área sanitaria de Don Benito-Villanueva.
Desde la dirección del SES se ha informado a las gerencias de las ocho áreas de salud de Extremadura para que se mantengan en situación de vigilancia ante cualquier sospecha de casos ante clínica compatible, manteniendo así una actitud de alerta ante posibles casos que permitirá aumentar la capacidad diagnóstica, aunque el 80 por ciento de las infecciones en humanos son asintomáticas.
La localización de los emplazamientos para las trampas se realiza en 26 municipios de Andalucía, bien por estar estos clasificados como áreas de riesgo alto o moderado bien para obtener información sobre el progreso del vector en territorios con niveles de riesgo inferiores. El objetivo que se persigue es la detección temprana del aumento de la densidad de mosquitos transmisores y la circulación del virus en los mosquitos para informar a la Administración local que intensifique las acciones de vigilancia, control y comunicación en su territorio, disminuyendo así las probabilidades de transmisión a humanos.
El criterio que se ha utilizado en la localización de las trampas en los territorios seleccionados ha sido el de zonas donde sea esperable una abundancia importante de las cuatro especies principales vectores (mosquitos) del virus con anterioridad a su mayor presencia en los núcleos poblacionales, es decir zonas con presencia de agua estancada con baja salinidad.
Por otro lado, en Andalucía se llevan a cabo más actividades de vigilancia entomológica de mosquitos transmisores del virus del Nilo occidental. Cabe destacar la labor de la propia Estación Biológica de Doñana (CSIC) con 7 estaciones de trampeo en la provincia de Sevilla y la ejecución del Proyecto Arboprevent, que incluye 800 puntos de muestreo en las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, de los cuales 400 se muestrearon el año pasado y 400 se están haciendo durante este año.
El Servicio de Control de mosquitos de la Diputación provincial de Huelva cuenta con 23 estaciones de trampeo por la citada provincia. Además, esta información se coordina y se integra con otras vigilancias realizadas en los caballos y aves, por las autoridades autonómicas de sanidad animal y fauna silvestre, y con la vigilancia epidemiológica humana, de todas ellas se realiza igualmente su seguimiento desde esta Dirección General.
La infección por el Virus del Nilo es una zoonosis transmitida por mosquitos del género Culex. La enfermedad afecta a países del sur, este y oeste de Europa. El virus se transmite entre las aves a través de la picadura de mosquitos infectados siendo éste su ciclo natural. Los humanos y otros mamíferos pueden infectarse de forma colateral, sin que desde ellos se produzcan nuevas transmisiones. De acuerdo a las evaluaciones de riesgo publicadas, alrededor del 80% de las infecciones en humanos son asintomáticas. La fiebre es la presentación clínica más común.
Los ancianos y las personas inmunocomprometidas corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad neuroinvasiva del Nilo Occidental. La vigilancia entomológica (vigilancia de mosquitos) es la herramienta clave para la identificación precoz de la circulación del Virus del Nilo occidental en Andalucía, ya que permite adoptar las medidas de vigilancia y control adecuadas destinadas a disminuir el riesgo de la población andaluza. El seguimiento periódico de las poblaciones de vectores (mosquitos) mediante trampas situados en puntos estratégicos permite conocer las distintas especies de mosquitos, la densidad poblacional y la detección de la presencia del Virus del Nilo occidental en especies transmisoras como son Culex perexiguus, Culex pipiens, Culex modestus y Culex laticinctus.
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