Las tormentas de verano causan estragos en distintos puntos de España: "¡Abuela, que nos ahogamos!"

La semana de contrastes continúa marcando la previsión meteorológica en España. Este viernes 14 provincias están en aviso por lluvias, tormentas, altas temperaturas y oleaje, según la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En algunos puntos de la península ya han sufrido las consecuencias de un tiempo revuelto, con lluvias localizadas que han sorprendido a varios municipios, con el agua anegando calles, bajos y garajes.

Varias localidades de Granada se han visto especialmente castigados por esas riadas y van a tardar días en limpiar el barro y arreglar los destrozos. La fuerza de la lluvia, en tan solo unos minutos, llegó a desplomar techos, inundar carreteras y amenazar a los domicilios.

“Tenía a mis tres nietos enganchados: ‘Abuela, que nos ahogamos, que nos ahogamos’, cuenta una mujer ante nuestras cámaras, relatando cómo vivieron el momento.

Como ella, otros vecinos miran con pesar los destrozos ocasionados por las lluvias: “Eso era como un tsunami”, expresa uno de ellos viendo su garaje destrozado.

“Más de 100 litros en apenas media hora”, sostiene Patrocinio Manuel Ruano, alcalde de Gobernador.

Mientras, en Trevélez, también en Granada, una enorme avalancha de agua cayó de repente. La lluvia que se acumuló en Sierra Nevada provocó el aumento del caudal del río y arrastró todo a su paso.

La tormenta no había llegado a la zona urbana y en apenas unos minutos la inundación cambió por completo el paisaje.

Gracias al rápido aviso de un pastor desalojaron a tiempo a más de 100 personas, entre ellos unos niños que se bañaban en las pozas.

“Fue un momento de pánico”, cuenta Adrián Gallegos, alcalde de Trévelez.

Las tormentas causan estragos también en Jaén, Teruel, Girona o Valencia

Del mismo modo, en Jaén también han vivido los efectos de las trombas de agua, como en la pedanía de La Cerradura, donde en apenas 30 minutos cayeron 30 litros, con intensidad torrencial y acompañados de granizo.

La fuerza del agua provocó el desprendimiento de un barranco colindante. Una fuerte riada con gran cantidad de barro dejaba las calles destrozadas y los coches completamente sepultados; una situación que obligó a actuar con grúas para conseguir retirar el fango, dejando también graves destrozos que afectaron al mobiliario público.

Mientras tanto, en el otro extremo, hasta pequeñas playas se veían en Teruel después del granizo que dejaba desbordado el río Guadalquivir: unos estragos de tormentas que todavía permanecerán hasta el fin de semana y que también sorprendieron a puntos de Girona y Valencia.

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