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El crimen de Mocejón ha puesto de relieve la necesidad de acabar con los bulos en redes sociales. Cada vez más personas se informan además exclusivamente a través de estas plataformas. Así lo recoge un estudio del Instituto Reuters, que evidencia la importancia de este canal de comunicación para informarnos, especialmente en nuestro país.
La investigación revela que un 75 % de los españoles dice utilizar WhatsApp con asiduidad y un 27 % de los encuestados declara usarla con finalidad informativa, un porcentaje que supera a Facebook (26 %), que cae a segunda posición por primera vez desde que comenzó la serie histórica del estudio. Destaca también el uso informativo de X (28 %) y TikTok (23 %) entre los menores de 35 años.
Entre las redes sociales más consumidas por los españoles se encuentran también Instagram (52 %), Facebook (52 %) y TikTok (26 %). Los autores del informe señalan que datos que, en algunos casos, superan la media de uso en comparación con otros países incluidos en el Digital News Report.
Por ejemplo, el uso en España de TikTok o Instagram es tres y diez puntos porcentuales superior a la media, respectivamente. Sin embargo, es WhatsApp la que destaca más significativamente, con un uso catorce puntos porcentuales más alto en España (75 %) que en el resto de los países del estudio, solo superado en Europa por Italia (78 % ). La televisión mantiene su liderazgo informativo en España (56 %) mientras las redes sociales pierden terreno (48%).
El peligro por este desplazamiento de la oferta informativa hacia las redes sociales lo vemos estos días con la propagación de bulos y falsas noticas que son distribuidas masivamente sin ser contrastadas.
Lo hemos visto en el caso de Mocejón, donde desde el primer minuto, se divulgaron falsas noticias que relacionaban la muerte de Mateo con menores no acompañados presentes en el municipio toledano.
Pero este no es un caso nuevo, también pasó con la desaparición del joven cordobés Álvaro Prieto López cuyo rastro se perdió tras pasar una noche en una discoteca. Nada se sabía de él, pero comenzaron a publicarse una serie de bulos que decían que había tenido un enfrentamiento a la salida de una discoteca con un grupo violento de etnia gitana y que algo tenían que ver con esto.
La Fiscalía de Sevilla abrió diligencias después de una denuncia de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas después de saberse que su muerte fue accidental.
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