España cuenta con una red de carreteras extensa y variada, que abarca más de 26,000 kilómetros que conectan las distintas regiones que componen el país. A pesar de los avances en infraestructuras y medidas de seguridad, todavía existen ciertos tramos de carretera que siguen presentando un alto riesgo de accidentes. Como es lógico, estas parten de la red de carreteras comparten una serie de características comunes que definen a los tramos más peligrosos de las carreteras españolas.
Casi todas son carreteras convencionales
La mayoría de los tramos peligrosos se encuentran en carreteras convencionales de calzada única. Estas carreteras suelen tener intersecciones a nivel, lo que incrementa la probabilidad de que sucedan colisiones frontales o laterales. Además, muchas de estas carreteras no cuentan con barreras de protección adecuadas en los márgenes de las vías, aumentando con ello el riesgo de accidentes de mayor gravedad.
Índice Medio Diario de Tráfico (IMD) bajo
Los tramos más peligrosos suelen tener un IMD por debajo de los 10,000 vehículos/día. Paradójicamente, las carreteras con mayor flujo de tráfico tienden a tener mejores medidas de seguridad, como carriles adicionales y barreras de protección, lo que reduce la tasa de accidentes graves.
Condiciones geográficas y climáticas
Muchos de estos tramos se encuentran en zonas en las que pueden aparecer condiciones climáticas adversas. Por ejemplo, la lluvia y la niebla son factores comunes en zonas montañosas o costeras, lo que disminuye la visibilidad y la adherencia del pavimento, contribuyendo a que tengan una mayor tasa de accidentes.
Estado del pavimento y mantenimiento
La calidad del pavimento y la falta de mantenimiento adecuado también son características comunes. Carreteras con baches, grietas y señalización deficiente aumentan el riesgo de accidentes, especialmente cuando se circula a altas velocidades o durante maniobras de emergencia.
Historial de accidentes
Tramos con un historial repetido de accidentes graves tienden a permanecer en la lista de los más peligrosos año tras año. Esto se debe a una combinación de factores estructurales y ambientales que no se corrigen adecuadamente. Por ejemplo, la carretera N-323 en Granada y la N-634 en Cantabria han sido catalogadas de forma continua como peligrosas según informes desde 2017.
Según el informe más reciente de la Fundación RACE y el programa iRAP, estos son los tramos más peligrosos de España en 2024:
El impacto de estos tramos peligrosos es significativo en términos de vidas perdidas y heridos graves. Durante el periodo 2020-2022, se registraron 2,987 accidentes en los tramos evaluados, con 982 accidentes mortales y 2,616 heridos graves.
Para mitigar estos riesgos, se han implementado una serie de distintas medidas de seguridad, como la instalación de radares de tramo, mejoras en la señalización y campañas de concienciación sobre seguridad vial. Sin embargo, es crucial seguir trabajando en la identificación y corrección de los factores de riesgo específicos de cada uno de estos tramos considerados peligroso.
Los tramos más peligrosos de las carreteras españolas comparten una serie de características que incluyen ser carreteras convencionales de calzada única, tener un tráfico diario bajo, condiciones geográficas adversas y un historial persistente de accidentes graves. Abordar estos factores con intervenciones de infraestructura y programas de seguridad puede ayudar a reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad vial en el país.