La cuestión de si es bueno y saludable para los perros bañarse en piscinas tratadas con cloro es una preocupación válida y habitual entre los dueños de mascotas. A medida que las temperaturas suben, es natural que queramos incluir a nuestros compañeros peludos en las actividades acuáticas. Sin embargo, es fundamental entender las implicaciones de cada tipo de baño para la salud canina y tomar así las precauciones necesarias para asegurar su bienestar.
El cloro, utilizado habitualmente para mantener las piscinas libres de bacterias y otros microorganismos, puede tener efectos adversos en la piel y el pelaje de los perros. La exposición prolongada o repetida al cloro puede causar sequedad y irritación en la piel de los perros, dado que su piel es más sensible que la de nosotros los humanos. Además, el cloro puede eliminar los aceites naturales del pelaje, lo que podría conllevar una pérdida de brillo y que el pelo del perro se vuelva más frágil.
Para mitigar estos efectos, es recomendable enjuagar bien al perro con agua limpia inmediatamente después de nadar en una piscina con cloro. Esto ayuda a eliminar cualquier residuo químico que pueda quedar en su piel y pelaje, minimizando los efectos de este elemento.
Otro aspecto importante que hay que tener en cuenta es la ingestión accidental de agua clorada. Los perros, al nadar o jugar en la piscina, suelen tragar (o incluso directamente beber) agua. Si bien pequeñas cantidades de agua de piscina generalmente no tienen por qué causar problemas graves, la ingestión de mucha agua sí que puede desencadenar trastornos gastrointestinales como vómitos y diarrea. En los casos más extremo, puede llegar a causar una intoxicación por cloro, que requiere de atención veterinaria inmediata.
Es aconsejable supervisar siempre a los perros mientras están en la piscina y tratar de evitar que beban agua de la piscina. Por ello, es importante proporcionarles acceso a agua potable fresca y limpia, que pueda minimizar el riesgo de ingestión de agua clorada.
El cloro también puede irritar los ojos de los perros, causando enrojecimiento, picazón y molestias. La exposición repetida al cloro también puede irritar las vías respiratorias de los perros, especialmente en aquellos con condiciones respiratorias preexistentes como el colapso traqueal o el síndrome braquicefálico en razas de hocico corto.
Para proteger los ojos de los perros, se puede incluso pensar en el uso de gafas especiales diseñadas para perros que nadan de manera habitual. Además, es importante también asegurarse de que el área de la piscina esté bien ventilada para ayudar a reducir la inhalación de vapores de cloro .
Aunque no se puede prohibir de manera tajante que los perros naden en piscinas con cloro, hay que tener en cuenta que existen alternativas y precauciones que pueden hacer de esta una experiencia más segura para ellos: