Lucy Mae fue una de las últimas personas que supo de Jay Slater, el joven de Reino Unido desaparecido en Tenerife desde el pasado 17 de junio. Su mejor amiga, según expresó, recibió una llamada del británico a las 8:30 horas de aquel día, cuando le contó que estaba perdido, que necesitaba desesperadamente beber agua y que le quedaba un 1% de batería en el móvil. A partir de ahí, todo rastro sobre Slater se apaga.
La joven, que en los últimos días había permanecido en silencio, ha reaparecido recientemente en las redes sociales, como detallan medios británicos, para publicar una fotografía en la que aparece junto a su amigo.
Sin pistas concluyentes que resuelvan su misteriosa desaparición, Lucy ha tratado de ayudar a la familia durante este tiempo, creando una página en GoFundMe para recaudar fondos para su búsqueda, suspendida por la Guardia Civil desde el pasado 30 de junio en lo que fue un duro golpe para el entorno del joven, si bien desde la Benemérita recalcaron que permanecen abiertas todas las líneas de investigación relacionada con el caso.
Los hechos que rodean a su desaparición comienzan el 16 de junio. Entonces, el joven acudía con dos amigos al festival de tres días ‘New Rave Generation’ en Playa de las Américas, que terminaba justo ese domingo.
Aquella noche de fiesta, el británico de 19 años conocía a dos hombres, y fue entonces cuando decidió marcharse con ellos, llegando hasta una vivienda de alquiler Airbnb de Masca, localidad al noroeste de la isla.
En ese periplo, según medios británicos, Jay Slater habría llegado a realizar una publicación en la red social Snapchat en la que supuestamente admitió ante sus amigos que robó un reloj Rolex valorado en 12.000 libras, unos 14.000 euros al cambio, y que quería venderlo.
Según algunas voces citadas por medios como Daily Mail, como la de Mark Williams-Thomas, –el exdetective que trabajó en el caso de Madeleine McCann y que participa en la búsqueda del joven– , tras varias horas en ese Airbnb de Masca, abandonó la vivienda sintiéndose "asustado" y, pese a que su móvil apenas tenía batería y necesitaba beber agua, se marchó de allí y a las 7:30 horas de ese 17 de junio publicó un par de fotos desde el lugar.
La última vez que fue visto preguntó en las inmediaciones del alojamiento a qué hora salía la siguiente guagua para poner rumbo a Los Cristianos, la localidad donde se alojaba con sus dos amigos. Sin embargo, nunca regresó.
Pasadas ya las 8:00 horas Jay Slater daría su última señal de vida, en aquella llamada en la que contaba a su amiga que había perdido el autobús e iba a intentar regresar caminando, –pese a que era una caminata de 11 horas–, contando además que estaba perdido, sediento y con un 1% de batería restante en el móvil. Tras ello, la llamada terminó.
Según las informaciones recabadas y de las que se hacen eco medios ingleses, su teléfono se apagó a aproximadamente las 8:50 horas de aquella mañana, siendo la última ubicación conocida el parque rural de Teno.
Por esa razón, una vez a las 9:00 se informó de su desaparición, las autorizades comenzaron la búsqueda alrededor del entorno montañoso, movilizando a los equipos de rescate en la montaña y unidades caninas para su rastreo.
Pese a todos los intentos por localizarlo, toda búsqueda resultó en vano y hoy, 18 días después, aún no hay pistas concluyentes que lleven a esclarecer qué le ocurrió o dónde se encuentra.
El día 30 de junio, en lo que fue un mazazo para la familia del joven, la Guardia Civil detuvo el operativo de búsqueda para encontrarlo tras 12 días de intenso trabajo, aunque manteniendo en marcha las indagaciones, con una causa abierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Icod de los Vinos.
Los investigadores, por ahora, han descartado un crimen y tratan el caso como una desaparición. A la información del robo del Rolex hay que sumar las gafas de sol encontradas en las inmediaciones de Masca, que podrían ser las de Jay, y el detalle que aportó uno los amigos con los que se alojó en Los Cristianos, que afirmó que había escuchado cómo resbaló entre las rocas antes de que su teléfono se apagara.
Desde la familia, claman por continuar con la búsqueda, mientras ellos por su cuenta siguen intentando resolver su desaparición con detectives privados, como el reservista del Ejército e investigador privado Juan García, quien en declaraciones a ‘The Times’ subrayaba que dos semanas desde su desaparición es un tiempo “demasiado prematuro para terminar la búsqueda”, dando esperanza a sus allegados: “Jay Slater podría estar vivo en algún lugar, bebiendo agua de lluvia y comiendo plantas”, señaló textualmente.
Entre tanto, el tiempo transcurre y la incertidumbre y la agonía no dejan de aumentar. A los dos hombres con los que se juntó en la última noche en el alojamiento de Maca se les permitió regresar a Reino Unido tras hablar con las autoridades, algo que no todos entienden en el entorno de Slater, para los que no pasa desapercibido que los agentes registraron hasta en dos ocasiones ese lugar en el que se hospedaron.
Ambos recalcaron que Slater llegó y se fue con vida del lugar. A partir de ahí, poco más se sabe para conducir a su localización. Mientras, el reloj y la angustia se incrementa.
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