Siete personas resultaron heridas este pasado martes en el accidente de autobús ocurrido en el Valle de Benasque, en Huesca. En el vehículo viajaban el conductor y 20 personas, 14 de ellos menores de edad. La destreza del conductor salvó la vida de los menores que estaban en el autobús. Con el vehículo prácticamente parado y el freno de mano echado, el chófer comenzó a perder el control mientras retrocedía poco a poco marcha atrás. Es entonces cuando abrió las puertas y gritó a los ocupantes para que bajaran cuanto antes. La mayoría consiguió escapar pero, a los pocos segundos, el vehículo se precipitó por una pista forestal, cayendo desde una altura de 15 metros.
"De los 21 ocupantes solo tres permanecieron en el autobús en el momento en el que se desplomó", explicó Daniel Gregorio, jefe del mando del servicio provincial de extinción de incendios y salvamento. Uno de los menores quedó atrapado y las tareas para rescatarlo se complicaron durante tres horas: "Haciendo hueco, moviendo piedras, árboles y de todo". El pequeño fue trasladado en helicóptero a un hospital de Zaragoza, mientras que otros dos menores sufrieron lesiones de diversa gravedad.
El grupo de menores que viajaba en el autobús pertenece a una banda de música del municipio barcelonés de Vilanova i la Geltrú. En los momentos previos al accidente, publicaron vídeos cuando viajaban hacia el refugio Ángel Orús, en Huesca, donde habían planeado pasar la noche. Estaban a punto de llegar al lugar donde debía dejarles el autobús cuando el conductor, que tenía puesta la segunda marcha, quiso poner la primera y se percató de que no entraba, desencadenándose el siniestro. La ambulancia tardó en llegar unos 40 minutos; los bomberos 20. De los tres niños peor parados, uno tiene la tibia y el peroné rotos, otro la muñeca rota y puntos en la pierna y un tercero contusiones, sin ningún hueso roto, en observación.
La banda de música de ZeBRASS School junior, el grupo de jóvenes afectados, ha publicado un comunicado en sus redes sociales en el que explicando lo que pasó este martes;
"El lunes 1 de julio, fuimos de colonias al Valle de Benasque con 11 niños de entre 12 y 16 años. Montamos las tiendas en el camping la Borda d'Arnaldet, comimos, hicimos un poco de brasa para cenar y seguimos la Eurocopa. El martes empezábamos una ruta por la montaña hasta el refugio Ángel Orús. El 2 de julio, por la mañana, dos monitores llevamos una furgoneta a la ruta. Comimos y a las 13:30 horas viajamos de la Borda d'Arnaldet a Eriste para tomar un autobús, único medio habilitado para desplazarnos al punto de salida".
"Para realizar la excursión íbamos 11 alumnos, más dos monitores y tres familiares directos del monitor responsable, su hijo y dos sobrinos. Las ZeBRASS reservamos el autobús la semana anterior, todo debidamente planificado. Salimos según el horario previsto un total de 21 personas (contando a conductor) en un autobús de 27 plazas. El bus subió inicialmente con normalidad, pero cuando ya estábamos muy cerca del parking donde nos iba a dejar, y en medio de una subida, el conductor, que llevaba la segunda velocidad, engranó e intentó poner la primera, pero creemos que no le entraba. Cuando intentaba acelerar, el autobús caía atrás. Entonces, el conductor puso el freno de mano, abrió la puerta y pidió que saliéramos poco a poco".
"Ordenamos a los niños que fueran saliendo poco a poco. El conductor pidió que fuéramos más rápido, se levantó, soltando el freno del pie, y el autobús retrocedió un poco más. En este breve espacio de tiempo, antes de que el vehículo se precipitara por el margen de la carretera, pudieron salir a toda prisa unas cuantas personas más, pero varios no tuvieron tiempo de salir como el resto. El autobús, entonces, se precipitó unos 15 metros hacia abajo. Por suerte, volcó de un lado y se deslizó unos metros hasta que se detuvo".
"Un par de niños pudieron subir por su propio pie con el resto del grupo, muy asustados y con heridas leves. Dos no podían moverse por su propio pie, pero estaban fuera del bus y un tercero estaba atrapado debajo del bus. Por suerte e increíblemente, ninguna parte del vehículo presionaba su cuerpo. Xavier se quedó junto a uno, Pau junto a otro y uno de los monitores entró dentro del bus y se quedó junto al otro. La monitora se quedó con todos los niños en la pista y se llamó al 112 para avisar de lo ocurrido. Hicimos recuento y vimos que estábamos todos controlados. La ambulancia tardó unos 40 minutos. Los técnicos hicieron un primer reconocimiento, hicieron los primeros auxilios a dos de los tres niños que habían caído dentro del bus y se interesaron por el tercero, que era lo que estaba atrapado".
"Los bomberos tardaron unos 20 minutos más que la ambulancia. Primero estabilizaron el autobús y luego intentaron sacar al niño. Durante este tiempo, los tres niños afectados estuvieron acompañados por un adulto y en todo momento supieron mantener la calma. Sin el acompañamiento que hicimos, todos no hubiéramos podido mantener la calma. Al cabo de unas tres horas se pudo rescatar al niño y le evacuaron en helicóptero hacia Zaragoza. A los otros dos niños los subieron a la pista y los llevaron en ambulancias hacia Barbastro".
"Tres niños y Xavier, con pequeñas contusiones y heridas, viajaron en un coche de la Guardia Civil hacia el centro de salud de Castilló de Sos. El resto de niños volvieron hacia la Borda d'Arnaldet a recoger sus cosas y bajar hacia en Vilanova y la Geltrú. Al fin y al cabo y viendo la desgracia que hubiera podido ser, creemos plenamente que lo hicimos lo mejor posible y que no sucedió la desgracia que pudo haber sido. De los tres más malparados, uno tiene la tibia y el peroné rotos, el otro la muñeca rota y varios puntos en la pierna, y el tercero, que se quedó atascado, solo tiene contusiones, pero ningún hueso roto. Todavía sigue en observación. Queremos agradecer el apoyo recibido, pero sobre todo a Xavier y Pau (acompañantes de los monitores), al padre e hijo de Barcelona que nos acompañaban y a los servicios de emergencia que nos auxiliaron".
"Por otra parte, nos sentimos un poco desamparados por los servicios post-accidentes. Es cierto que la empresa de autobuses nos preguntó en medio del accidente si necesitábamos algo, pero en ese momento no sabíamos ni podíamos pensar lo que nos podría hacer más falta más tarde. Pero sí creemos que a posteriori alguien debería haber tramitado ciertas cosas, como por ejemplo el regreso de los niños a Vilanova i la Geltrú, o el alojamiento y la comida de Xavier y Pau, entre otras cosas. Agradecer a todas las personas, instituciones de Cataluña y la Borda d'Arnaldet que se han interesado por nosotros y nos han ofrecido ayuda. Pero, sobre todo, a todos los jóvenes que han confiado en nosotros y a sus familias".
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