El espeleólogo Alfonso Urrutia, así como su acompañante, Paloma Bombín, rescatados ambos de la cueva Garmaciega-Sima del Sombrero en Cantabria tras pasar allí 50 horas y perderse en una de sus complejas galerías, confían en no tener que pagar las tasas del rescate.
La operación para encontrarles y sacarles del lugar duro casi dos días y, afortunadamente, se resolvió con éxito el pasado lunes 24 de junio gracias al esfuerzo de un amplísimo dispositivo. En total, hasta 125 profesionales de Cantabria, Asturias y Castilla y León participaron en la operación, que contó además con apoyo aéreo con varios drones, además de dos helicópteros.
Ambos, Alfonso y Paloma, salieron por su propio pie y, en sus primeras declaraciones ante los medios, el espeleólogo transmitió calma: “Nos hemos perdido y no hemos sido capaces de encontrar la salida", explicaba, señalando que no se pusieron “nerviosos en ningún momento”.
"Estábamos preparados. Teníamos de todo; agua, comida y punto caliente. Simplemente teníamos que esperar a que nos vinieran a buscar e indicarnos la salida", expresaba, indicando que se perdieron cuando se adentraron en una grieta mal señalizada.
Ante la dificultad de la ruta, al contar con previsiones, explicó que decidieron detenerse y ser localizados por los rescatistas.
Pese a esas declaraciones, tras su rescate el Gobierno de Cantabria investiga si hubo o no negligencia por parte de los rescatados por no avisar al 112 de que iban a realizar esa actividad en la cueva, tratando de averiguar quién tenía la responsabilidad de haber contactado con el Centro de Emergencias: si ellos o la empresa que contrataron; la Fundación Espeleosocorro Cántabro (Esocán), encargada del mantenimiento de la cavidad, tal como informa ‘El Comercio’.
Según el citado medio, también de acuerdo con declaraciones de los rescatadores, iban bien preparados, y en este sentido Urrutia ha subrayado que esperan no tener que pagar las tasas de rescate por negligencia, algo previsto desde la Ley de Medidas del año 2001.
Asegura que estaban dentro de una “actividad organizada y planificada”, realizada en jornadas previstas para adentrarse en esas cavidades. De hecho, insiste en que están “federados en la actividad” y, en declaraciones recogidas por ‘El Comercio’, ha manifestado que cuentan con “un seguro en toda regla”.
Más allá, apunta que contaban con luz y comida de sobra, señalando que se perdieron en una galería ubicado en “una zona que no está topografiada”.
A este respecto, ha declarado que si no avisaron al 112 es porque entendieron que, al ser una actividad organizada, se estaban siguiendo los protocolos y el 112 ya estaría avisado.
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