Cómo es la ruta de la cueva de Cantabria en la que desaparecieron dos espeleólogos: fría y agotadora

La cueva de Garmaciega-Sima del Sombrero de Soba, en Cantabria, en la que se habían perdido dos espeleólogos tras su entrada en la misma este sábado, presenta gran dificultad. Los expertos aseguran que no es fácil hacerla si no se tienen conocimientos avanzados y buena forma física.

Los dos espeleólogos, una pareja de Castilla y León que ya ha sido rescatada, se apuntaron a realizar una actividad promovida por la Oficina de Turismo de Ramales de la Victoria, en la que se les proporciona el material de acceso para realizar la travesía de manera autónoma.

La ruta de la Garmaciega, no obstante, no es para cualquiera. Se necesita ser un espeleólogo con experiencia para recorrer la cueva que se puede hacer si se va de forma ágil e ininterrumpidamente unas 20 horas, según ha explicado Martín González, presidente de la Fundación Espeleosocorro Cántabro (Esocan) a El Diario Montañes.

La ESOCAN: "Se trata de una travesía con 440 metros de desnivel en descenso

La ruta en la que se han perdido la pareja de espeleólogos, tiene forma de 'U', con dos bocas -entrada y salida-, es compleja, fría, a cuatro grados. El recorrido se hace a unos 500 metros de profundidad y a través de un terreno irregular, con pozos, galerías y otros desniveles que hacen complicada la travesía. Así lo explica en su web de la Fundación de Espeleólogos cántabros (ESOCAN): "Se trata de una travesía con 440 metros de desnivel en descenso, para remontar luego los 240 m. de pozos de Cellagua, con un recorrido aproximado de 3’3 Km., en el que se puede disfrutar o padecer, según se vea, de una gran diversidad de terrenos".

Una ruta "no disfrutona" y "agotadora"

Los expertos al describir el recorrido de más de tres kilómetros describen las dificultades con las que se van a encontrar y advierten que no es una ruta "disfrutona", sin "bastante agotadora". "No es una travesía disfrutona para pasarlo bien sin agotarse demasiado. Muy al contrarió es bastante agotadora, sobre todo por el agua siempre presente que nos moja y enfría y lo retorcido de los meandros intermedios, además del baño inevitable que además de aumentar el frío obliga a llevar bastante peso y bulto."

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