Quizás no lo sabías, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) en España tiene la autoridad para retener permanentemente cualquier vehículo bajo ciertas circunstancias específicas. Este tipo de medidas se aplica como parte de las políticas para mejorar la seguridad vial, reducir la cantidad de vehículos abandonados y combatir la contaminación ambiental. Esta son las razones más comunes por las que la DGT podría quedarse con tu coche para siempre.
Cuando un vehículo es inmovilizado debido a infracciones graves de tráfico, como conducir sin licencia o bajo los efectos del alcohol, el propietario tiene un plazo de dos meses para presentar alegaciones. Si no se presentan alegaciones dentro de este periodo, la DGT puede tomar posesión del vehículo. Esta medida asegura que los vehículos que no cumplen con las normas de seguridad no vuelvan a las carreteras
Otra posibilidad es que un coche haya sufrido un accidente o una avería y no sea reclamado por el propietario dentro de los dos meses posteriores, la DGT puede proceder a retirar el vehículo. Esta acción se toma para evitar que los vehículos dañados representen un peligro en las vías públicas y para liberar espacio en los recintos de almacenamiento.
Es una situación similar a la de los vehículos abandonados en la vía pública por más de un mes, especialmente si tienen desperfectos que impiden su movilidad. En este caso el objetivo es mantener las calles libres de obstrucciones y mejorar el entorno urbano. En algunos casos, si el vehículo abandonado no tiene placas de matrícula o presenta daños significativos, la retirada puede ser inmediata.
El proceso de retirada de un vehículo comienza con la notificación al propietario. Si el propietario no responde a las notificaciones y el vehículo cumple con los criterios de abandono, la DGT puede transferir el coche a un centro de tratamiento autorizado para su desguace y descontaminación. En ciertos casos, en lugar de ser desguazado, el vehículo puede ser adjudicado a los servicios de vigilancia de tráfico para su uso en labores de patrulla y seguridad.
La retirada de un vehículo por parte de la DGT puede tener varias consecuencias para el propietario. Más allá de la obvia pérdida del vehículo, debe hacerse cargo de los costes adicionales asociados con la retirada y almacenamiento del coche. Además, si hay alguna multa adicional por el abandono del vehículo, el titular también debe hacerse cargo de la misma.
Para evitar este tipo de situaciones y que la DGT se lleve tu coche, es crucial cumplir con todas las normativas de tráfico y mantener el vehículo en condiciones adecuadas. Si ya no necesitamos el coche, la mejor opción es gestionar su baja definitiva a través de un desguace autorizado, asegurándonos con ello de que el vehículo se gestione de manera adecuada y legal.