¿Qué son los atascos fantasmas?

Los atascos fantasmas son un fenómeno relativamente habitual, además de frustrante, en la circulación con nuestros vehículos en las distintas vías. En ellos se producen congestiones de tráfico sin una causa aparente como podría ser el caso de accidentes, obras en la calzada o en casos de condiciones climáticas adversas. Estos atascos parecen surgir de la nada y desaparecer de una manera igualmente misteriosa, generando una gran cantidad de preguntas tanto para conductores como para expertos en tráfico.

¿De dónde salen los atascos fantasma?

El concepto de atascos fantasmas ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas, incluyendo la física, la ingeniería de tráfico y la psicología. El fenómeno se puede explicar mediante la teoría de las ondas de choque en el tráfico. Esta teoría sugiere que las fluctuaciones en la velocidad de los vehículos pueden crear ondas que se propagan hacia atrás a través del flujo del tráfico. Estas ondas de desaceleración pueden amplificarse a medida que se transmiten de un coche a otro, lo que en ocasiones acaba traduciéndose en un atasco sin motivo aparente.

Por ejemplo, si un conductor frena de forma inesperada para el resto de miembros de la vía, tenga o no una razón para hacerlo, hará que los conductores detrás de él también tengan que frenar. Este efecto de "acordeón" puede propagarse hacia atrás a lo largo de kilómetros, dependiendo de la distancia entre vehículos, creando con ello un atasco de tráfico sin que exista un obstáculo físico o evento específico que lo justifique. Eso sí, es importante que los vehículos estén cerca unos de otros para que las paradas sean bruscas, sobre todo en el principio de este atasco fantasma, ya que de otra manera los conductores podrán prever esa situación e ir adaptando la velocidad a las necesidades de la vía.

Factores que contribuyen a la aparición del atasco fantasma

Son varios los elementos que hacen que aparezcan este tipo de atascos sin motivo aparente. El primero de ellos sería el comportamiento de los conductores ante los cambios en la velocidad de otros vehículos. Las diferencias en los tiempos de reacción y las decisiones individuales de frenar o acelerar pueden desencadenar ondas de choque.

Como decíamos más arriba, la densidad del tráfico también es un elemento importante, ya que a medida que aumenta la densidad del tráfico, las probabilidades de que se formen atascos fantasmas también se incrementan. Si a estos dos elementos les añadimos dificultades en la carretera o climatológicas, como curvas pronunciadas, cruces, carriles de incorporación, obras, etc.. tenemos todos los elementos necesarios para que se produzca un efecto dominó con las reacciones de los conductores que haga que se produzca este tipo de embotellamientos sin motivo.  

Estudio de los atascos fantasma

El estudio de los atascos fantasmas ha llevado al desarrollo de varios modelos matemáticos y simulaciones por ordenador para entender y predecir este fenómeno. Uno de los modelos más conocidos es el modelo de Nagel-Schreckenberg, un modelo de autómatas celulares que simula el tráfico de vehículos mediante reglas simples que representan el comportamiento de los conductores.

Con este modelo se ha demostrado que incluso en el caso de que el flujo de tráfico sea homogéneo y con conductores idénticos, pueden aparecer atascos espontáneos debido a pequeñas perturbaciones aleatorias. Las simulaciones muestran cómo los atascos pueden formarse y disiparse sin ninguna causa externa clara, replicando los atascos fantasmas observados en la vida real.

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